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sábado, 25 de febrero de 2017

MARUJA MALLO, PRECURSORA DEL SURREALISMO, MUJER REBELDE, UN ESPÍRITU LIBRE..




Como aperitivo para celebrarnos el día de la mujer, el 8 de Marzo, iré publicando a mujeres hermosas, libres, rebeldes, mujeres que lucharon todas sus vidas por la igualdad y no permitir que esta sociedad patriarcal las ninguneara. 



MARUJA MALLO



Maruja Mallo fue una de las figuras más importantes de la generación del 27. Artista revolucionaria, formó parte de los movimientos de vanguardia en Madrid junto a los grandes nombres del momento, como Dalí, Alberti, García Lorca o ramón Gómez de la Serna. Tras el estallido de la Guerra Civil, Mallo se exilió en América Latina y fue relegada al olvido. El galardonado escritor José Luis Ferris, autor de la biografía de Miguel Hernández, reivindica en esta biografía a una artista osada y genial.




LA SORPRESA DEL TRIGO

NATURALEZA VIVA CON ESTRELLA DE MAR

LA MUJER DE LA CABRA

MÁSCARAS


Maruja Mallo -pseudónimo de Ana María Gómez González- (Vivero, Lugo, 5 enero 1902 – Madrid, 6 febrero 1995), fue una pintora surrealista española.



Cabeza de mujer
Cabeza de mujer

Acróbatas macro y microcosmos
Antro de fósiles
Tierra y excrementos
Razas

CABEZA DE NEGRA
EL ESPANTAPÁJAROS
FIGURAS



De la mano de Miguel Hernández, descubre Castilla la Nueva y trabaja para numerosas revistas literarias: La gaceta literaria, El almanaque literario o la Revista de Occidente. 



EL ESPANTAPECES
ESTAMPA (ESCAPARATE)
ESTRELLAS DE MAR


CABEZA NEGRA



En 1928, José Ortega y Gasset organiza una exposición de su obra en los salones de la Revista de Occidente. Sus diez óleos representaban poblados llenos de sol, toreros y manolas, así como estampas coloreadas de maquinaria, deportes y cine de principios de siglo. La exposición fue todo un acontecimiento cultural.





FIGURA
LA HUELLA
LA VERBENA
NATURALEZA VIVA
ORO
VIDA VIBRANTE



André Breton le compró en 1932 el cuadro titulado Espantapájaros, obra poblada de espectros que hoy es considerada una de las grandes obras del surrealismo.


NATURALEZA VIVA II
MANIQUÍ
MARUJA MALLO EN SU ESTUDIO




En 1932 Maruja Mallo, obtiene una pensión de la Junta de Ampliación de Estudios para ir a París donde conoce a René Magritte, Max Ernst, Joan Miró y Giorgio de Chirico y participa en tertulias con André Breton y Paul Éluard. Allí comienza su etapa surrealista. Su pintura cambió radicalmente y alcanzó la maestría, tanto que el mismo Breton le compró en 1932 el cuadro titulado Espantapájaros, obra poblada de espectros que hoy es considerada una de las grandes obras del surrealismo. 





MENSAJE DEL MAR
ROSA
ALGAS



A partir de 1936, comienza su etapa constructiva, mientras que sigue exponiendo con los pintores surrealistas en Londres y Barcelona. Participa como docente en las Misiones Pedagógicas, que la acercan a su tierra natal, Galicia, donde a los pocos meses le sorprende la Guerra Civil Española. Desde allí huye a Portugal. Toda su obra cerámica de esta época es destruida en la guerra. Poco tiempo después, su amiga Gabriela Mistral, embajadora de Chile, la ayudó a trasladarse a Buenos Aires, donde siguió pintando, dando clases y cultivando amistades, entre ellas, Pablo Neruda. 




MARUJA MALLO EN CHILE





El 6 de febrero de 1995, muere Maruja Mallo en Madrid a los 93 años. 



Citas sobre Maruja Mallo: 




"Maruja Mallo, entre Verbena y Espantajo toda la belleza del mundo cabe dentro del ojo, sus cuadros son los que he visto pintados con más imaginación, emoción y sensualidad." 


(Federico García Lorca) 




"Las creaciones extrañas de Maruja Mallo, entre las más considerables de la pintura actual, revelación poética y plástica, original, «Cloacas» y «Campanarios» son precursores de la visión plástica informalista". 


(Paul Éluard) 


sábado, 20 de agosto de 2016

LAS CARTAS DE AMOR DE PAUL ELUARD A GALA - AMOR MÁS ALLÁ DEL TIEMPO

"Solamente deseo amarte
una tempestad llena el valle
un solo pez el río

Te he hecho
a la medida de mi soledad
todo el mundo para esconderse
días y noches para comprenderse

Para contemplar en tus ojos
todo lo que pienso de ti
y de un mundo hecho a tu imagen

Y las noches y los días gobernados por tus párpados."
Paul Eluard


Gala y Paul Eluard, 1927


Paul Eluard siempre amó a Gala, incluso mucho después de que ya no fuera su mujer, de que se alejara del grupo surrealista, de que pareciera tomar caminos muy alejados de los que él perseguía, a pesar de la mala salud y de las dificultades económicas y de los otros amores. 

A pesar de que Gala era la conocida mujer de Dalí, siguieron vinculados, se escapaban para verse y sobre todo se escribían cartas de las que, por desgracia faltan las de ella, porque Eluard las quemó.

Leerlas es internarse en un mundo íntimo donde se mezcla el deseo más intenso con las necesidades más cotidianas o las fragilidades inesperadas que tan a menudo se mueven debajo de los grandes sueños o las grandes obras. Es contemplar el magnetismo de una mujer que influyó en muchos hombres y que nunca quiso renunciar a nada, atreviéndose a casi todo desde su primera juventud, cuando fue capaz de atravesar una Europa en guerra y consiguió llegar, sola, a aquel sanatorio suizo donde conoció a Eluard.

Aquella Gala tan denostada y reivindicada, la musa, a la que sólo venció la vejez, que tanto temía.


Una brisa de danzas
por un camino sin fin
los pasos de las hojas más veloces
las nubes esconden tu sombra.

La boca de fuego de armiño
de hermosos dientes el fuego
caricia color de diluvio
tus ojos persiguen la luz.

El rayo rompe el equilibrio
las lanzaderas del miedo
dejan caer la noche
al fondo de tu imagen.


Eluard

Gala en 1931





En 1928, Paul Eluard le escribió a Gala:


"Mi amor querido, mi dulce amor, sigo en cama. Acabo de tener un sueño maravilloso, uno de esos sueños diurnos donde las emociones físicas te dejan al despertarte toda la parte correspondiente al deseo... y el deseo que arrastras después, ya despierto, se parece tanto al placer del sueño. Estaba tumbado en una cama al lado de un hombre que no puedo identificar con seguridad, pero un hombre sumiso, soñador desde siempre y para siempre y silencioso. Le doy la espalda. Y tú vienes a tumbarte cuan larga eres pegada a mí, me besas los labios dulcemente, muy dulcemente y yo te acaricio bajo el vestido los senos, fluidos, tan vivos. Y tu mano pasa, muy despacio, por encima mío, busca al otro personaje y se aposenta en su sexo. Lo veo en tus ojos, que se turban lentamente, cada vez más. Y tu beso se hace más cálido, más húmedo, y tus ojos se abren más y más. La vida del otro pasa a ti y al poco rato es como si masturbaras a un muerto. Me despierto, ligeramente ebrio, incapaz de renunciar al placer..."


***


En 1930, Paul Eluard le escribió a Gala:


" .. Mi Gala, porque no podría vivir si no fueras mía. Pienso incesantemente en ti, pero te echo de menos de tal forma que si tuviera dinero me iría a vivir a un hotel. No sabes, te sería difícil hacerte una idea de la atmósfera de este apartamento que en verdad quise para ti y que tan poco has vivido y en invierno. Y los alrededores, la esquina de la calle que hemos doblado juntos, todo lo que he soñado: dónde llevarte, tus vestidos, tu placer, tu sueño, tus ensueños, todas las torpezas que he cometido, todo lo que deseaba reparar. Todo es siniestro, todo es horrendo. En mí la idea de la muerte se mezcla más y más con la del amor. 

Te creo perdida. ¿Por qué estás tan lejos? Hace diecisiete años que te amo y tengo todavía 17 años. (…) Si supieras cuánto deseo verte, cuánto me gustaría tenerte conmigo. Sé muy bien que no puedo retenerte, que la abominación de la vida en común no es para nosotros, pero siento como si hiciera años que no te tengo. Y he perdido el gusto por la vida, por los paseos, el sol, las mujeres. Sólo he conservado el sabor amargo y terrible del amor. Si pudiera estrecharte entre mis brazos volvería a ser el que he sido para ti en algunos momentos. Te adoro, sólo tú existes desde toda la eternidad. Mi pequeña Gala, hermosa, querida mía, maia dorogaia, mi pequeña, mi amor, me muero de estar sin ti.."


" .. Si pudiera estrecharte entre mis brazos volvería a ser el que he sido para ti en algunos momentos. Te adoro, sólo tú existes desde toda la eternidad. Maiakovski se suicidó por penas de amor, por una mujer que se ha casado con un diplomático polaco. Pero en la carta que ha dejado no dice una sola palabra sobre esta mujer, y a su mujer, a la hermana de Ella, le dice «Lili, ámame». Lloré al leerlo. Tú lo sabes."



Salvador Dalí - retrato de Paul Éluard (1929)


En 1933, le escribió esta carta:


"Mi pequeña alondra, mi rica almendra, mi dorogoi, maia crasiva Galochka, gracias por tus cartas. Todo lo que me dices yo también lo pienso, por la mañana al despertarme, por la noche al dormirme y a cada minuto se repite en mi tu nombre: Gala, que quiere decir: amo a Gala. Hace veinte años que te amo, somos inseparables. Si un día estas sola y triste, ese día me encontrarás. Porque no quiero, pese al giro desesperado que ha tomado mi vida, que seas abandonada. Siempre tuyo. Si debemos envejecer, no envejeceremos separados. Soy un maldito imbécil pesimista pero vivo para ti. Si renunciara a vivir tu serias la causa, o más bien sería mi amor desesperado por ti lo que me mataría, mi única grandeza está en tu dicha, en tu vida, en las plantas que cultivas, en tus juegos, en tu coquetería, en "tus amores". 

Mi Gala eterna, si he sido malo contigo es porque siempre estaba insatisfecho, insatisfecho, insaciable. La dicha en el amor, que no me hagan reír.

Estoy orgulloso como un rey de lo que me dices de mis poemas. Ya sabes que es el único elogio que me afecta. Por ti voy a reanudar de inmediato el trabajo.

(…) Mi niña pequeña, sé buena y alegre. Mientras te ame -y te amaré siempre- no tienes nada que temer. Eres toda mi vida. Te cubro terriblemente de besos."




PAUL ELUARD

Seudónimo de Eugène Grindel, poeta francés nacido en Saint-Denis el 14 de diciembre de 1895.
A la edad de dieciséis años suspendió estudios para recibir tratamiento durante dieciocho meses en un sanatorio suizo. En 1920, después de participar en la I Guerra Mundial, inició una fulgurante carrera literaria uniéndose a Breton, Soupault y Aragon, con quienes impulsó el movimiento surrealista, convirtiéndose en uno de sus más importantes figuras.
En 1927, invitado por Salvador Dalí, viajó a Cadaqués junto a su esposa Helena Diakonova (Gala), quien luego lo abandonó para unirse al pintor. 
Durante la ocupación alemana en Francia, alejado del surrealismo y militando ya en el comunismo, se convirtió en uno de los escritores más relevantes de la resistencia. 

Falleció en Charenton-le-Pont en noviembre de 1952.





Quedó inmortalizada en los poemas y las cartas de su primer marido Paul Eluard, en los retratos de Max Ernst y en las pinturas de su segundo gran amor, Salvador Dalí.

¿Quién era verdaderamente Gala? ¿Por qué dejó a Paul Eluard y a su hija para correr tras un artista egocéntrico sin futuro diez años menor que ella? ¿Cuánto contribuyó ella a que las vidas de estos hombres fueran excepcionales? ¿Existen las musas?





"te amo sólo a ti, la más bella y en todas las mujeres sólo a ti te encuentro: toda la Mujer, todo mi amor tan grande, tan simple."

viernes, 15 de julio de 2016

PEGGY GUGGENHEIM - PRIMERA DAMA DEL ARTE MODERNO




"El arte es cuestión de personalidad". 

Marcel Duchamp. 






La protagonista de esta entrada fue una gran mecenas y coleccionista de arte del siglo XX. Nació en el seno de una familia de magnates, los Guggenheim, un apellido vinculado al mundo del arte. Marguerite era una de las tres hijas de Benjamin Guggenheim y de Florette Seligman. Sus padres provenían de familias judías que habían emigrado desde Europa y llevaban dos generaciones haciendo fortuna en Estados Unidos. Aunque Ben Guggenheim había heredado una considerable suma de su padre, no tenía habilidad para los negocios, por lo que su herencia disminuyó considerablemente debido a un buen número de inversiones desastrosas.

Poseedor de una conocida fama de mujeriego, Ben vivía habitualmente en su apartamento de París lejos de su esposa y de sus hijas, aparentemente por motivos de sus negocios y en realidad viviendo con alguna de sus múltiples amantes. Cuando en abril de 1912 embarcó en el Titanic en Cherburgo (Francia), lo acompañaba su amante, una cantante francesa llamada Léontine Aubart, así como un pequeño grupo de criados, un chófer, una doncella, un mozo, y sobre todo su mayordomo y hombre de confianza Giglio. Tanto él como sus criados perecieron en el hundimiento del transatlántico y sus cuerpos nunca fueron recuperados.

A los catorce años, Peggy pudo heredar una pequeña fortuna que sustentó sus caprichos artísticos. La joven heredera, aunque estilizada e interesante, no calificaba dentro de los parámetros de la estereotipada jovencita bella y adinerada. Su nariz – que había ganado el título de berenjena – atormentaba su frágil autoestima adolescente. Sus complejos y su inseguridad la llevaron a una cirugía plástica de nariz con resultados desastrosos. Así, se volvió una joven solitaria alejada de los círculos sociales de su entorno, retraída y sin encanto. Tras terminar sus estudios, encontró trabajo en una librería que comercializaba literatura de avant-garde y ciertas representaciones inusuales del arte.



Peggy Guggenheim, vestida por Poiret, fotografiada por Man Ray, 1924 



En 1920, viajó a Europa y descubrió mucho más que un continente: un horizonte lleno de experiencias aguardaba a una Peggy huérfana de estímulos. Al arribar al viejo mundo nunca imaginó que se quedaría allí veintitrés años. El desembarco europeo le acercó las emanaciones que se respiraban en los barrios bohemios de las grandes ciudades. París y Londres fueron sus maestras y desplegaron ante sus ojos las maravillas del arte que la encandilarían. Peggy no sabía mucho de arte moderno, sus conocimientos de arte llegaban hasta el impresionismo, pero pronto aprendió de su amigo Marcel Duchamp, que le enseñó la diferencia entre abstracto y surrealismo.

En 1938, inauguró en Londres la Guggenheim Jeune con una exposición de Jean Cocteau. 

El arte surrealista y abstracto que Cocteau exhibió era desconocido en el Reino Unido. Mucha gente estaba desconcertada, si no es que molesta, por este tipo de "arte nuevo" y pocos compraron los cuadros. En afán de fomentar las ventas y consolar a los artistas, la misma Peggy comenzó a comprar las obras secretamente. 

La exposición de la obra de Cocteau fue seguida por exhibiciones de Kandinsky, Yves Tanguy, Wolfgang Paalen y otros artistas, tanto famosos como emergentes. 

Peggy convocó a exposiciones de collage y escultura, con la participación de artistas como Antoine Pevsner, Henry Moore, Alexander Calder, Raymond Duchamp-Villon, Constantin Brancusi, Jean Arp, Max Ernst, Pablo Picasso, George Braque y Kurt Schwitters. 

Peggy admiraba también el trabajo de John Tunnard y es acreditada como su descubridora en la historia modernista.



Fotografía de artistas en el exilio en el apartamento de Peggy Guggenheim en Nueva York, 1942
Primera fila, de izquierda a derecha: Stanley William Hayder, Leonora Carrington, Frederick Kiesler, Kurt Seligmann. Detrás: Max Ernst, Amadee Ozenfant, Andre Breton, Fernand Leger, Berenice Abbott. Última fila: Jimmy Ernst, Peggy Guggenheim, John Ferren, Marcel Duchamp ; Piet Mondrian. 



Además, Man Ray , Tanguy , Brancusi, Frederic Kiesler, Breton o los escritores Samuel Beckett o Djuna Barnes, así como sir Herbert Read o la anarquista Emma Goldman ( una de las defensoras de la libertad de la mujer) fueron sus amigos. Esta última fue, quizás, quien mejor que nadie conoció la bonhomía (*) de su benefactora cuando estando exilada de Estados Unidos, recibió como regalo de Peggy una casa en Saint-Tropez.

A partir de este momento la voracidad de Peggy por las obras de vanguardia era cada día más extrema. Su lema se volvió “ Compra una obra cada día ”. Gracias a la posibilidad económica de poder obedecer a dicha premisa, su colección se tornó inmensa. Así consiguió ser dueña y hacedora de una de las colecciones más admiradas de arte moderno del mundo.

La colección permanente incluye obras maestras del cubismo, el futurismo, la pintura metafísica, Europeo abstraccionismo, el surrealismo y el Expresionismo Abstracto Americano.



Peggy Guggenheim en la sala surrealista de Art of This Century 



Con el estallido de la guerra volvió a su país, Estados Unidos. En Nueva York abrió una galería de arte moderno, Art of This Century. En este lugar, Peggy descubrió el expresionismo abstracto de Jackson Pollock. 


Su galería acogió las primeras muestras del artista. Peggy le pagaba cada mes y le organizaba exposiciones. Se convirtió en su mecenas. Diariamente, Peggy iba acompañada de sus perros a la galería. De noche, organizaba fiestas salvajes a las cuales asistían invitados del medio artístico. Tras varios años en América, se instaló en la ciudad más romántica de Italia, Venecia, y buscó un palacio para vivir ella y sus perros.










Compró el Palazzo Venier dei Leoni, un palacio inacabado del siglo XVIII, donde instaló un museo privado para su enorme colección de cuadros y esculturas a orillas del Gran Canal. A este museo le dedicó los últimos años de su vida, rodeada siempre de una alborotada jauría de mascotas y mimetizada con la ciudad, adquiriendo cierto aire de misterio y de sofisticación. 



Peggy in Palazzo Venier dei Leoni 



Deambulaba por sus jardines prósperos de bronces y mármoles, ataviada con excéntricas vestimentas, lentes oscuras y originales accesorios que la dotaban de una enigmática belleza. Así reinó en el palacio renacentista como una antigua emperatriz oriental. Abrió las puertas de su palacio al público durante varios años. 

Hoy, el palacio acoge el Museo Guggenheim de Venecia. Su costumbre de organizar fiestas siguió vigente y en su casa se reunían celebridades como Yoko Ono o Truman Capote. A principios de los años 60 dejó de coleccionar, si bien prestaba sus obras a exposiciones.


“No soy una coleccionista. Soy un museo” 


Se casó en primeras nupcias con el escritor Lawrence Vail, con quien compartió un matrimonio en donde florecían las escenas violentas, los insultos y los maltratos verbales y físicos, contrastando con la belleza, la elegancia y la sofisticación de los ambientes que frecuentaban. Su genial marido, bon vivant, bohemio, alcohólico y agresivo, no dudaba en denigrarla arrojándole cualquier objeto que se le cruzara, ya fuera en la privacidad del hogar, ya en la esfera pública, la calle o un restaurante, siempre eran lugares aptos para agredirla. 


De la amarga unión nacieron dos hijos, Sindbad y Jezebel ( a la que llamaban Pegeen ). Tras soportar siete años de abuso de Lawrence Vail, huyó con John Holms. La muerte de John a causa de un infarto fue un duro golpe para ella. Después entraría en su vida Douglas Garman, más tarde llegarían el escritor Samuel Beckett y el artista Max Ernst.


Peggy con Max Ernst 



Los últimos capítulos de su vida fueron desoladores. Su hija Pegeen cayó en una profunda depresión consumida por agudas inestabilidades mentales y, luego de años de tortuosa existencia, se suicidó en 1967. Peggy nunca pudo sobreponerse a esa tragedia y se recluyó por completo en sus aposentos venecianos. En 1979 murió a causa de una apoplejía y sus cenizas fueron enterradas en una esquina del jardín del Palazzo Venier, cerca del lugar donde ella solía dar sepultura a sus mascotas.









Fuentes:




Teresa Vallbona, Grandes mujeres, el lado femenino de la historia. Editorial Océano S.L. 2010

http://mujeresdeleyenda.blogspot.com (Me encanta este blog)