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lunes, 28 de octubre de 2019

EL SURREALISMO COMO ACTITUD EN LA VIDA - INFINITA CORDURA



"El surrealismo es revolucionario ya que es enemigo irreductible de todos los valores ideológicos burgueses que retienen al mundo en las horribles condiciones actuales."

René Magritte

Salvador Dalí, "Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes del despertar", 1944



Al término de la primera Guerra Mundial la Europa sobreviviente se sentía abrazada por la muerte y la devastación, esto significó el comienzo de una serie de transformaciones que, inscritas en la nostalgia, provocaron en los artistas el deseo de revivir la existencia que les podría ser arrebatada de un momento a otro. 

La poesía, en muchos casos, fue la nueva herramienta para poder sobrevivir en un mundo convulsivo, y se convirtió en el arma que se fabricó a partir del deseo de manifestar la inconformidad contra las "racionales" estructuras de poder.

El Surrealismo no fue un movimiento artístico más, sino una actitud ante la vida que ha dejado una marcada huella en todo el arte posterior.


La finalidad del surrealismo era transformar la vida a través de la liberación de la mente del ser humano de todas las restricciones tradicionales que la esclavizan: La religión, la moralidad, la familia y la patria se convierten así en instituciones a revisar. 


Salvador Dalí. Rostro del Gran Masturbador, 1929.


El surrealismo se aleja del aburrimiento literario y se identifica con la magia de lo irracional. 

El lenguaje suscita pasión e idea, puesto que los conceptos brillan, innovan, y los sentimientos son su vigor. Es un lenguaje pasional de pensamiento vivo y original. Hay una innovación de teorías y una profundización en las que inspiran. 


Guillaume Apollinaire pintado por Jean Metzinger


La palabra surrealismo tiene su origen en 1917, con el escritor Guillaume Apollinaire, aunque el término sólo adquiere el sentido atribuido hoy, más tarde, en 1924, en el Manifiesto del Surrealismo, inaugurado por André Breton y su amigo Philippe Soupault. 


André Bretón, El manifiesto del Surrealismo


Inicialmente, el surrealismo funciona más como una expedición literaria, puesto que no había un programa surrealista para las artes visuales hasta que Breton escribe Surrealismo y pintura, en 1925. Tampoco había cualquier espacio de exposiciones específicamente vinculadas al grupo antes de la inauguración de la Galería Surrealista, en 1926. 


Joan Miró
Giorgio de Chirico
Francis Picabia


Las prácticas del grupo de los surrealistas no respondieron a ningún programa del Estado francés. Por el contrario, se trata de una agrupación de vanguardia, esto es, reducida en cantidad de miembros, radical en sus planteos estético-políticos y antiinstitucional en lo que a su inscripción se refiere. 

Pero a diferencia de otros grupos vanguardistas, al evitar toda normatividad el surrealismo fue un movimiento bien heterogéneo en términos estilísticos y disciplinares. 



Remedios Varo

Los escritores, pintores, poetas y fotógrafos de nacionalidades diversas y activos en París que adscribieron al "Manifiesto del surrealismo", redactado por André Breton en 1924, y que participaron de la primera revista surrealista lanzada ese mismo año, La Révolution surréaliste, proponían una exploración radical de lo inconsciente. 


Oscar Dominguez

Félix Labisse


Roberto Matta


El manifiesto (un texto de 40 páginas) definía al surrealismo de este modo: 

"Automatismo psíquico puro, por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral". 


Una de las ilustraciones realizadas para el poema "Unión Libre" de André Breton.

El poema "Unión libre", de André Bretón, consiste en una serie de versos paralelísticos, en los que se repite un sintagma nominal formado por "mi mujer" y uno o varios sintagmas preposicionales que contienen otros sintagmas preposicionales:


"Mi mujer de cabellera de llamas de leña
de pensamientos de relámpagos de calor
de talle de reloj de arena
Mi mujer de talle de nutria entre los dientes del tigre"



"Incluso está permitido dar el título de POEMA a aquello que se obtiene mediante la reunión, lo más gratuita posible de títulos y fragmentos de títulos recortados de los periódicos diarios" (André Breton, Manifiesto del surrealismo, 1924):







Para conseguir esa finalidad de liberar al ser humano de las represiones personales y sociales, los surrealistas se valieron de una serie de técnicas concretas, todas ellas buscando la libertad de creación y olvidando la razón. 


Pintores surrealistas que más me gustan:


André Breton,
Miró,
Giorgio de Chirico,
Francis Picabia,
Paul Klee,
Roberto Matta,
Leonora Carrington,
Salvador Dalí,
Paul Delvaux,
Yves Tanguy,
Renée Magritte,
André Masson,
Max Ernst,
Jean Arp,
Claude Cahun,
Paul Nougé


René Magritte

Max Ernst

Paul Klee

Leonora Carrington

Claude Cahun, pseudónimo de Lucy Renée Mathilde Schwob, fotógrafa y escritora francesa.
Ives Tanguy, "A través del pájaro, a través del fuego, pero no a través del cristal" (1943).


Paul Nougé, "La profundidad del sueño"


En la literatura generó una revolución en el lenguaje y la aportación de nuevas técnicas de composición. 

A partir de 1925, a raíz del estallido de la guerra de Marruecos, el surrealismo se politiza; se producen entonces los primeros contactos con los comunistas, que culminarían ese mismo año con la adhesión al Partido Comunista por parte de Bretón.

Entre 1925 y 1930 aparece un nuevo periódico titulado El Surrealismo al servicio de la Revolución en cuyo primer número Louis Aragón, Buñuel, Dalí, Paul Éluard, Max Ernst, Yves Tanguy y Tristan Tzara, entre otros, se declaran partidarios de Breton. 


Entre los años 1938 y 1940, con el apoyo del presidente de la República Mexicana Lázaro Cárdenas del Río (1895-1970), cuyo gobierno acogió a grandes personajes de la cultura española durante la guerra Civil Española de 1937, llegó en 1940 la española Remedios Varo (1913-1963), quien ingresó al surrealismo de la mano de Paul Eluard y André Breton y fue la introductora de la pintura surrealista en México.


Remedios Varo, Tránsito en espiral


Paul Delvaux


El surrealismo en la literatura hispánica.


El surrealismo fue seguido con interés por los intelectuales españoles de los años 30. Existía el precedente de Ramón Gómez de la Serna, quien utilizaba algunas fórmulas vinculables al surrealismo, como la greguería. El primero en adoptar sus métodos fue José María Hinojosa, autor de La flor de Californía (1928), libro pionero de prosas narrativas y oníricas.

Varios poetas de la generación del 27 se interesaron por las posibilidades expresivas del surrealismo. 
Su huella es evidente en libros como:

*.- "Sobre los ángeles y en Sermones y moradas" de Rafael Alberti
*.- "Poeta en Nueva York" de Federico García Lorca y 
*.- "Un río, un amor y Los placeres prohibidos" de Luis Cernuda. 


En los medios audiovisuales










"El surrealismo no era para mí una estética, un movimiento de vanguardia más, sino algo que comprometía mi vida en una dirección espiritual y moral. No pueden ustedes imaginarse la lealtad que exigía el surrealismo en todos los aspectos."

Luis Buñuel



* Entrada que hice en 2015 y que actualizo hoy.




domingo, 5 de noviembre de 2017

MAX ERNST - UNA SEMANA DE BONDAD O LOS SIETES ELEMENTOS CAPITALES - EXPLORANDO EL ALMA

"Mis vagabundeos, mis desasosiegos, mi impaciencia, mis dudas, mis creencias, mis alucinaciones, mis accesos de cólera, mis rebeldías, mi negativa a someterme a cualquier disciplina, aunque fuera la ideada por mí mismo… No han creado un clima propicio a una obra sosegada y serena". 


(Así reflexionaba Max Ernst sobre su propio trabajo de collages)


Imagen del tercer cuaderno (El patio del dragón)

"Una semana de bondad o los Siete Elementos capitales". Max Ernst realizó estos collages en 1933 con la intención de publicarlos en forma de novela, justo en un momento en que, con la subida de Hitler al poder, Europa afrontaba el desafío del totalitarismo. Algunos de sus sueños, pero, sobre todo, sus peores pesadillas se plasmaron en estas obras, de las que no estuvo ausente el sentimiento oscuro y premonitorio que invadía el continente. Un ímpetu violento e intenso recorre su obra, con la intención de sembrar el desasosiego en el observador. 

Entre la irreverencia, el sentido del humor y la voluntad de jugar con elementos cargados de trascendencia, Max Ernst estructuró su semana de bondad siguiendo el orden de la semana, de domingo a sábado, y estableciendo una liturgia de colores que, relacionados con un tema determinado, desafiaban a todo tipo de poder y a las convenciones sociales de la época. 

"Hay que servirse de lo banal para crear lo fantástico", decía Ernst.

La risa del gallo
La risa del gallo

La novela gráfica está conformada por 184 collages distribuidos en cinco cuadernos, a cada uno de los cuales asigna elementos diferentes; a saber:
  • Primer cuaderno. Color: púrpura; día: domingo; elemento: el barro; ejemplo: El león de Belfort.
  • Segundo cuaderno. Color: verde; día: lunes; elemento: el agua; ejemplo: El agua.
  • Tercer cuaderno. Color: rojo; día: martes; elemento: el fuego; ejemplo: La corte del dragón.
  • Cuarto cuaderno. Color: azul; día: miércoles; elemento: la sangre; ejemplo: Edipo.
  • Finalmente, el quinto cuaderno, de color amarillo, comprende los días jueves, viernes y sábado. Al jueves le corresponde el negro como elemento, y como ejemplos tiene La risa del gallo y La isla de Pascua; para el viernes, el elemento es la vista, y el ejemplo, El interior de la vista; el sábado tiene un elemento desconocido, y su ejemplo es La llave de los cantos.
Tan sólo con esta descripción podremos percatarnos de la complejidad que encierra el contenido de esta novela, cuyo relato se expresa mediante imágenes, ya que carece casi por completo de palabras. 


El león de Belfort


La corte del Dragón

Un hombre espía por una puerta entreabierta. Desliza la mitad del cuerpo dentro de una estancia y observa. Nosotros somos ese hombre: nosotros entramos a través de una puerta entreabierta en el mundo, para entrever un universo paralelo, aquel que encarna los ideales y las obsesiones más importantes. Ernst tiñó de rojo las tapas de este cuaderno, el tercero, que dedica a la burguesía y a poner en evidencia el infierno acomodado de la misma. 


La isla de Pascua


Edipo, del miércoles


La llave de los Cantos, del sábado

Edipo, del miércoles


Edipo, del miércoles


Y no tuvo reparos en sus críticas contra la autoridad política, eclesiástica o social. De hecho, en 1936, antes de que estallase la Guerra Civil española, el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid expuso los collages de Una semana de bondad.

Son extraordinarios en particular los libros dedicados al agua, una fascinante sucesión de naufragios interiores; al fuego, con todos esos demonios de salón y el protagonismo que adquieren los "cuadros dentro del cuadro" o el dedicado al "Jueves", en el que unos pétreos caballeros con rostros de moais -monolitos de la Isla de Pascua- acosan a mujeres desnudas. 


El Agua



"El collage,  dijo una vez Ernst parafraseando a Freud, "es la satisfacción de un deseo"


Os dejo un link de la exposición que hubo en Madrid en la fundación Mapfre, en 2009, a la cual asistí y disfruté.

http://www.exposicionesmapfrearte.com/maxernst/

domingo, 28 de mayo de 2017

LEONOR FINI - EXCÉNTRICA, LIBRE, ONÍRICA ... UNA DELICIA DE MUJER

Los temas surrealistas son recurrentes, pero en su mano se convierten en un arma contra las convenciones sociales, incluso las de pertenencia a los grupos de élite de artistas.
Leonor Fini fue una autodidacta con conflictos para ser incluida en ningún grupo porque pintaba "cuadros que no existen y que desearía ver", según declara. 

Se la cree bisexual, aunque resistió toda clasificación. De hecho en una entrevista de 1982 confesó: "he experimentado con mujeres pero no deseo ser lesbiana". Nunca se casó y vivió en comunidad con dos varones, todo un provocación para su época. Siempre vivió en completa libertad sexual, autonomía y llena de voluptuosidad. Su mal temperamento y sus enfrentamientos y desafío con André Bretón por su "homofobia y misoginia" son proverbiales.

"Quiero que las imágenes salten de la pagina, quiero pintar los límites del potencial de expresión. Deseo expresar mas allá de lo que se ve".






Leonor Fini (Buenos Aires, 30 de agosto de 1907 -París; 18 de enero de 1996  

Pintora que crea su propio estilo con distintas influencias: surrealismo, simbolismo, prerrafaelismo, sin encajar en ninguno de ellos, a pesar de ser tomada como surrealista. Su mundo está compuesto de imágenes sugestivas, llenas de fantasía y símbolos, con una poderosa femineidad y un fino erotismo.

"Toda la pintura es erótica. Ese erotismo no tiene necesariamente que estar en el tema. Puede estar en la forma con que se pinta un ropaje, en el diseño de una mano, en un pliegue." 

Quizás esta frase, dicha por ella misma, sea una de las pautas que sirvan para aproximarse a su producción.

"Cuando la gente me pregunta qué hago yo respondo "yo soy". 

Semejante postura frente a la vida y al mundo no pudo más que reflejarse en su talento yen su obra, gran parte de la misma se desarrolla en un universo de mujeres autoritarias, decididas, libres sexualmente, femeninas y masculinas a la vez, etéreas pero férreas. 

Viviendo un tiempo sin tiempo, las figuras se comunican pero parece que existe un abismo entre ellas. Porque la relación no es verbal en sí, sino física, una relación de afinidad de género, vinculada con el sexo, con el poder, con la autosuficiencia. 






Nació en la ciudad de Buenos Aires, hija de Malvina Braun Dubich y Herminio Fini. 
La familia materna impidió en todo momento que Leonor se relacionara con su padre.


Autorretrato, 1941


En 1909 se mudaron a Trieste a vivir con su tío Ernesto Braun. El padre amenazó raptarla y la madre la vestía de varón para disimularla. 






En 1924 se trasladó a Milán y luego a París para realizar su vocación de artista. 

En la capital francesa, París, entró en contacto con otros artistas como Paul Éluard, Henri Cartier-Bresson (que la fotografió desnuda en 1933), Max Ernst (que fue su amante), Georges Bataille, Picasso, André Pieyre de Mandiargues, y Salvador Dalí. 





Fue amiga de Jean Cocteau, Giorgio de Chirico y Alberto Moravia. 

Pintó diversos retratos como los de Jean Genet, María Félix, Anna Magnani, Margot Fonteyn, Alida Valli, Suzanne Flon, Silvia Monfort y Leonora Carrington. 






También se dedicó al diseño de vestuario y decorados para obras de teatro. Diseñó el envase del perfume "Shocking" para la diseñadora italiana Elsa Schiaparelli. 







En la década de los años 70 escribió tres novelas (Rogomelec, Moumour, Contes pour enfants velu y Oneiropompe). 





Fini fue también una destacada ilustradora en obras de Edgar Allan Poe, Marcel Aymé o el marqués de Sade (« Histoire de Juliette», 1945). 









Tuvo muestras retrospectivas en Bélgica (1965), Tokio (1972) y París (1986). 

Pasó la mayor parte de su vida en París, donde entró en contacto con el círculo de artistas surrealistas, del cual formó parte. 










La particular visión de Fini del universo surrealista se concreta en ricos lienzos donde interpretaciones de un figurativismo daliniano nos aproximan a los ricos mundos oníricos de Delvoix o de Chirico. 

Fue una artista autodidacta que creció a la sombra de la rica biblioteca de su tío, en la que descubrió a Aubrey Beardsley, Gustav Klimt y el universo de los prerrafaelistas. 














Estas lecturas, junto con sus visitas a los museos, forjaron su gusto por los espacios con referencias ensoñadoras que tan bien encajaron en el movimiento surrealista. 

Muchas de sus últimas pinturas juegan con las fantasías eróticas y la muerte. 

Fue calificada de lesbiana y bisexual, calificativos que rechazó de la misma manera que había rechazado que su obra fuera surrealista. 








  



Fini se casó una sola vez y por un corto tiempo con Federico Veneziani. Tuvo romance con el conde y diplomático Stanislao Lepri, y luego con el escritor Konstanty Jeleński, 


Considerada una artista relevante del siglo XX, llama la atención por ser una de las pocas mujeres artistas cuya figura no está ligada a la de un hombre. 






Esto se nos hace singular porque en la mayoría de las ocasiones, en la época en que vive Fini, las artistas además de realizar un trabajo creativo son, la mujer de, la compañera de, o simplemente la amante de algún pintor o artista-hombre. 

También posiblemente por esto, por el hecho de ser una figura sin ligadura alguna a un hombre, es mucho menos conocida. 








Fuentes: