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PARA SEGUIR DESVARIANDO
lunes, 10 de febrero de 2014
ALARGABA LA MANO Y TE TOCABA - ANTONIO GALA
Hacer comunes humo y piedra. Revocar
el mandato de ser. Entrar. Entrarnos
uno en el otro. Trasponer los últimos
límites. Reunirnos…
Alargaba la mano y te tocaba.
Te tocaba: rozaba tu frontera,
el suave sitio donde tú terminas,
sólo míos el aire y mi ternura.
Tú moras en lugares indecibles,
indescifrable mar, lejana luz
que no puede apresarse. (..)
Permanecemos. Sí, permanecemos
no indiferentes, pero diferentes. Somos
tú y yo: los dos, desde la orilla
de la corriente, solos, desvalidos,
la piel alzada como un muro, solos
tú y yo, sin fuerza ya, sin esperanza.
Idénticos en todo,
sólo en amor distintos.
La tristeza, sedosa, nos envuelve
como una niebla: ése es el lazo único;
ésa la patria en que nos encontramos.
Por fin te identifico con mis huesos
en el candor de la desesperanza.
Aquí estamos nosotros: desvaídos
los dos, borrados, más difíciles,
a punto de no ser… ¿Amor es esto?
¿Acaso amor es esta no existencia
de tanto ser? ¿Es este desvivirse
por vivir? Ya desangrado
de mí, ya inmóvil en ti, ya
alterado, el recuerdo se reanuda.
Se reanuda la inútil existencia…
Y alargaba la mano y te tocaba.
Antonio Gala
Pinturas de Nicoletta Tomas Caravia. Madrid, 1963.
jueves, 6 de febrero de 2014
EL AMARILLO EN EL ARTE
El color de la vida mediante el astro sol, el color de la mala fama, de la "mala suerte" según los actores, ese amarillo era el color favorito de Vincent Van Gogh, por ejemplo. También muchos pintores se atrevieron con el amarillo, a pesar de sus connotaciones negativas. Os dejo las pinturas que más me han gustado, aunque hay muchas más. Espero que disfrutéis.
Tamara de Lempicka |
Su definición en el arte es este: Amarillo es el término estándar para todos los colores gualdos, teniendo en sus frecuencias más bajas una tendencia al naranja (por ejemplo, el color huevo), y en las más altas al verde.
Yo creo que el azul es el principio masculino, áspero y espiritual. El amarillo es el principio femenino, suave, alegre y sensual. El rojo, la materia, bruta y pesada, el color que siempre deben combatir y superar los otros.
El color amarillo es también un color que aporta la felicidad.
Vincent Van Gogh |
Kees van Dongen |
Max Kurzweil |
Klimt |
Diego Rivera (1886-1957)- retrato de la señora Carr |
Margarita Sikorskaia |
Es un color brillante, alegre, se asocia con la parte intelectual de la mente y la expresión de nuestros pensamientos.
Guillermo Martí Ceballos |
Pablo Picasso |
Piet Mondrian |
Pierre-Auguste Renoir |
Paul Delvaux |
Marc Chagall |
Ramón Casas |
Amedeo Modigliani |
Egon Schiele |
Edgar Degás |
Paul Gauguin |
Franz Marc |
Es el color mas intelectual y puede ser asociado con una gran inteligencia o con una gran deficiencia mental.
Este color primario significa envidia, ira, cobardía, y los bajos impulsos, y si lo juntamos con el rojo y el naranja constituye los colores de la emoción.
Julio Romero de Torres |
Matisse |
Pierre Bonnard |
Vasili Kandinski |
Mezclado con negro constituye un matiz verdoso muy poco grato y que sugiere enemistad, disimulo, crimen, brutalidad, recelo y bajas pasiones. Mezclado con blanco puede expresar cobardía, debilidad o miedo y también riqueza, cuando tiene una leve tendencia verdosa.
Tiene estrecha relación con el Sol, por lo cual ha sido muy importante para culturas de la Antigüedad que dedicaban su adoración a dicho astro. El amarillo otorga claridad, favorece la compasión y la creatividad. No obstante, cuando se usa demasiado o su brillo es excesivo, puede resultar muy estimulante para la mente y en consecuencia, alterar incluso hasta ser destructivo. También, en su vibración negativa se asocia a la cobardía, los prejuicios y el mal ejercicio del poder.
Mark Rothko |
Paul Klee |
Edvard Munch |
Sandro Botticelli. |
Frida Kahlo |
Paul Cézanne |
Los colores en la pintura están para persuadir a los ojos, lo decía Nicolas Poussin, y lo suscribo. Es la poesía dibujada, el alma de cada artista.
Me encantó el amarillo, le tenía un poco de manía pero con este post aprendí que es bello y sugestivo.
martes, 4 de febrero de 2014
MEMORIA DEL FUEGO - TRILOGÍA DE EDUARDO GALEANO
Rompo este huevo y nace la mujer y nace el hombre.
Y juntos vivirán y morirán.
Pero nacerán nuevamente.
Nacerán y volverán a morir y otra vez nacerán.
Y nunca dejarán de nacer, porque la muerte es mentira.
Eduardo Galeano, (Memorias del fuego, fragmento)
I. Los Nacimientos
II. Las caras y las máscaras
III. El siglo del viento
"América Latina no solamente ha sufrido el despojo del oro y de la plata, del caucho y del cobre y del petróleo. También le han expropiado la memoria, para que no sepa de dónde viene y no pueda averiguar adónde va. Memoria del fuego es una tentativa de rescate de la historia viva de América en todas sus dimensiones, olores, sabores, colores, dolores.
El primer volumen de la serie comienza en la etapa precolombina y se extiende hasta el siglo XVII, el segundo comprende los siglos XVIII y XIX. El tercer volumen abarca las turbulencias del siglo XX en las Américas, narradas a través de las pequeñas historias de cada día, como quien mira el universo por el ojo de la cerradura.
Que el lector sienta que la historia está ocurriendo mientras las palabras la cuentan. Que la historia huya de los museos y respire a pleno pulmón. Que el pasado se haga presente".
Os dejo la lectura en pdf del primer vólumen, para hacer boca.
http://www.sibci.gob.ve/wp-content/uploads/2013/09/Galeano_Eduardo-Memoria_del_fuego_I_Los_nacimientos.pdf
(La imagen es de la página http://www.taringa.net/)
Y juntos vivirán y morirán.
Pero nacerán nuevamente.
Nacerán y volverán a morir y otra vez nacerán.
Y nunca dejarán de nacer, porque la muerte es mentira.
Eduardo Galeano, (Memorias del fuego, fragmento)
I. Los Nacimientos
II. Las caras y las máscaras
III. El siglo del viento
"América Latina no solamente ha sufrido el despojo del oro y de la plata, del caucho y del cobre y del petróleo. También le han expropiado la memoria, para que no sepa de dónde viene y no pueda averiguar adónde va. Memoria del fuego es una tentativa de rescate de la historia viva de América en todas sus dimensiones, olores, sabores, colores, dolores.
El primer volumen de la serie comienza en la etapa precolombina y se extiende hasta el siglo XVII, el segundo comprende los siglos XVIII y XIX. El tercer volumen abarca las turbulencias del siglo XX en las Américas, narradas a través de las pequeñas historias de cada día, como quien mira el universo por el ojo de la cerradura.
Que el lector sienta que la historia está ocurriendo mientras las palabras la cuentan. Que la historia huya de los museos y respire a pleno pulmón. Que el pasado se haga presente".
Os dejo la lectura en pdf del primer vólumen, para hacer boca.
http://www.sibci.gob.ve/wp-content/uploads/2013/09/Galeano_Eduardo-Memoria_del_fuego_I_Los_nacimientos.pdf
(La imagen es de la página http://www.taringa.net/)
viernes, 24 de enero de 2014
VENTANA SOBRE EL MIEDO - EDUARDO GALEANO
Habitamos un mundo gobernado por el miedo, el miedo manda, el poder come miedo, ¿qué sería del poder sin el miedo? Sin el miedo que el propio poder genera para perpetuarse.
La industria del miedo
El miedo es la materia prima de las prósperas industrias de la seguridad privada y del control social. Una demanda firme sostiene el negocio. La demanda crece tanto o más que los delitos que la generan, y los expertos aseguran que así seguirá siendo. Florece el mercado de las policías privadas y las cárceles privadas, mientras todos, quien más, quien menos, nos vamos volviendo vigilantes del prójimo y prisioneros del miedo.
El miedo global
* Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
* Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.
* Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
* Los automovilistas tienen miedo de caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados.
* La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje miedo de decir.
* Los civiles tienen miedo a los militares, los militares tienen miedo a la falta de armas, las armas tienen miedo a la falta de guerras.
* Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
* Miedo a los ladrones, miedo a la policía.
* Miedo a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes, al niño sin televisión, miedo a la noche sin pastillas para dormir y miedo al día sin pastillas para despertar.
* Miedo a la multitud, miedo a la soledad, miedo a lo que fue y a lo que puede ser, miedo de morir, miedo de vivir…
Eduardo Galeano, Montevideo 1940
miércoles, 22 de enero de 2014
ÉXODO - ÁNGELA FIGUERAS AYMERICH
Yo pasaré y apenas habré sido,
(frágil destino de mi pobre arcilla).
Hijo, cuando yo no exista,
tú serás mi carne, viva.
Verso, cuando yo no hable,
tú, mi palabra inextinta.
(frágil destino de mi pobre arcilla).
Hijo, cuando yo no exista,
tú serás mi carne, viva.
Verso, cuando yo no hable,
tú, mi palabra inextinta.
Pablo Picasso |
Una mujer corría.
Jadeaba y corría.
Tropezaba y corría.
Con un miedo macizo debajo de las cejas
y un niño entre los brazos.
Corría por la tierra que olía a recién muerto.
Corría por el aire con sabor a trilita.
Corría por los hombres erizados de encono.
Miraba a todos lados.
Quería detenerse.
Sentarse en un ribazo y con su hijo menudo.
Sentarse en un ribazo y amamantar en paz.
Pero no hallaba sitio.
No encontraba reposo.
No lograba la pausa sosegada y segura
que las madres precisan.
Ese viento apacible que jamás se interpone
entre el pecho y el labio.
Buscaba cerca y lejos.
Buscaba por las calles,
por los jardines y bajo los tejados,
en los atrios de las iglesias,
por los caminos desnudos y carreteras arboladas.
Buscaba un rincón sin espantos,
un lugar aseado para colocar una cuna.
Y corría y corría.
Dio la vuelta a la tierra.
Buscando.
Huyendo.
Y no encontraba sitio.
Y seguía corriendo.
Y el niño sollozaba débilmente.
Crecía débilmente
colgado de su carne fatigada.
Jadeaba y corría.
Tropezaba y corría.
Con un miedo macizo debajo de las cejas
y un niño entre los brazos.
Corría por la tierra que olía a recién muerto.
Corría por el aire con sabor a trilita.
Corría por los hombres erizados de encono.
Miraba a todos lados.
Quería detenerse.
Sentarse en un ribazo y con su hijo menudo.
Sentarse en un ribazo y amamantar en paz.
Pero no hallaba sitio.
No encontraba reposo.
No lograba la pausa sosegada y segura
que las madres precisan.
Ese viento apacible que jamás se interpone
entre el pecho y el labio.
Buscaba cerca y lejos.
Buscaba por las calles,
por los jardines y bajo los tejados,
en los atrios de las iglesias,
por los caminos desnudos y carreteras arboladas.
Buscaba un rincón sin espantos,
un lugar aseado para colocar una cuna.
Y corría y corría.
Dio la vuelta a la tierra.
Buscando.
Huyendo.
Y no encontraba sitio.
Y seguía corriendo.
Y el niño sollozaba débilmente.
Crecía débilmente
colgado de su carne fatigada.
Ángela Figuera Aymerich, poeta española nacida en Bilbao en 1902
lunes, 20 de enero de 2014
MIRADA FINAL - VICENTE ALEIXANDRE
La soledad en que una mañana nos hemos despertado,
caídos, derribados de alguna parte, casi no pudiendo reconocernos.
Francesco Hayez |
Como un cuerpo que ha rodado por un terraplén y,
revuelto con la tierra súbita, se levanta
y casi no puede reconocerse. Y se mira y se sacude
y ve alzarse la nube de polvo que él no es,
y ve aparecer sus miembros, y se palpa:
Aquí yo, aquí mi brazo, y este mi cuerpo,
y esta mi pierna, e intacta está mi cabeza;
y todavía mareado mira arriba y ve por dónde ha rodado,
y ahora el montón de tierra que le cubriera está a sus pies
y él emerge, no sé si dolorido, no sé si brillando,
y alza los ojos y el cielo destella con un pesaroso resplandor,
y en el borde se sienta y casi siente deseos de llorar.
Y nada le duele, pero le duele todo.
Y arriba mira el camino, y aquí la hondonada, aquí donde sentado
se absorbe y pone la cabeza en las manos;
donde nadie le ve, pero un cielo azul apagado parece lejanamente contemplarle.
Aquí, en el borde del vivir, después de haber rodado
toda la vida como un instante, me miro. ¿Esta tierra fuiste tú, amor de mi vida?
¿Me preguntaré así cuando en el fin me conozca,
cuando me reconozca y despierte, recién levantado de la tierra,
y me tiente, y sentado en la hondonada, en el fin, mire un cielo piadosamente brillar?
No puedo concebirte a ti, amada de mi existir, como solo una tierra
que se sacude al levantarse, para acabar cuando el largo rodar de la vida ha cesado.
No, polvo mío, tierra súbita que me ha acompañado todo el vivir.
No, materia adherida y tristísima que una postrer mano, la mía misma,
hubiera al fin de expulsar. No: alma más bien en que todo yo he vivido,
alma por la que me fue la vida posible y desde la que también alzaré mis ojos finales
cuando con estos mismos ojos que son los tuyos,
con los que mi alma contigo todo lo mira, contemple con tus pupilas,
con las solas pupilas que siento bajo los párpados,
en el fin el cielo piadosamente brillar.
Vicente Aleixandre, el surrealismo marca gran parte de la producción del sevillano (1898-1984), que, más tarde, se acercará a la poesía social y a la poesía filosófica y elegíaca.
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