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viernes, 28 de noviembre de 2014

DORIS LESSING - UNA BELLEZA DE SER HUMANO





" Idealmente, lo que debería decirse y repetirse a todo niño a través de su vida estudiantil es algo así: 

Estáis siendo indoctrinados. Todavía no hemos encontrado un sistema educativo que no sea de indoctrinación. Lo sentimos mucho, pero es lo mejor que podemos hacer. Lo que aquí se os está enseñando es una amalgama de los prejuicios en curso y las selecciones de esta cultura en particular. 

La más ligera ojeada a la historia os hará ver lo transitorios que pueden ser. Os educan personas que han sido capaces de habituarse a un régimen de pensamiento ya formulado por sus predecesores. Se trata de un sistema de autoperpetuación. 

A aquellos de vosotros que sean más fuertes e individualistas que los otros, los animaremos para que se vayan y encuentren medios de educación por sí mismos, educando su propio juicio. Los que se queden deben recordar, siempre y constantemente, que están siendo modelados y ajustados para encajar en las necesidades particulares y estrechas de esta sociedad concreta. "


(Fragmento de "El cuaderno dorado", Doris Lessing)



Doris Lessing (1919) es una de las personalidades literarias más representativas del convulso siglo XX, por su compromiso social y político, su independencia personal e ideológica, su capacidad de reflexión y espíritu crítico y por habernos legado todo ello de forma magistral en El cuaderno dorado (1962).







"Reconsideras tu vida conforme la vas viviendo, de la misma forma que si estuvieras escalando una montaña y continuamente vieras los mismos paisajes desde distintos puntos de vista".






El cuaderno dorado se publicó en el Reino Unido en 1962, pero a España no llega traducido hasta 1978, la censura no habría permitido su publicación durante el franquismo. 

Consta de una novela que lleva por título "Mujeres libres" y cuatro diarios: el cuaderno negro, el cuaderno rojo, el cuaderno amarillo y el cuaderno azul. Al final, se añade el cuaderno dorado.

El cuaderno negro recoge su experiencia literaria. Su única novela hasta el momento narra una historia basada en sus experiencias en Rodesia antes y durante la Segunda Guerra Mundial. 

En el cuaderno rojo escribe sobre su experiencia como militante del partido comunista británico, en el que entró con muchas reticencias y abandonó en pleno estalinismo, asqueada de la doble moral que la mayoría de los comunistas europeos mostraban ante la situación que se vivía en la Unión Soviética. 

El tercer cuaderno, el amarillo, recoge el borrador de una novela en la que se encuentra trabajando. Narra la historia de Ella, una mujer que escribe en una revista para mujeres y que experimenta una ruptura sentimental.

Por último, en el cuaderno azul lo que podríamos considerar su diario personal: los sucesos de su vida (con la voluntad nunca lograda de consignarlos de una manera fría y distanciada, como meros hechos), su vida emocional, recuerdos, etc.

Descubre, sin embargo, que todo este intento de separar las diversas facetas de su vida escribiendo sobre ellas en distintos cuadernos es absurdo. Al final de la novela, una relación muy difícil con un hombre se lo muestra. Los cuatro cuadernos desembocan al final en un quinto, que se convierte en la síntesis de todos: el cuaderno dorado.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

TRISTÁN TZARA Y FRANCIS PICABIA - DOS GENIOS

Francis Picabia - 1942


He sembrado en tu cuerpo, amada, la flor
que esparcirá pétalos sobre tu cuello, mejillas y manos
y hará brotar mañana tus senos -primavera
me gustan las cejas y tus ojos con destello de metales
y los brazos que ondulan como las serpientes, las olas, el mar

De tu cuerpo quisiera levantar palacios, arquitectónicos jardines
y terrenales paraísos monumentales
quiero enterrarme en sus tierras cuando me muera
quiero enterrarme en tu carne cuando me muera

En tu cabello siento el olor de los racimos de naranjas
en tus ojos anublados veo sol y en los labios ganas de comer
con tus dientes querrás cortar carne del alma
querrás cambiar las uñas en garras

Quisiera morder tus senos como muerden el pan
los hambrientos que mendigan monedas en la calle
quisiera que florecieran en tus miradas jardines arquitectónicos
alinear tu pensar a los sueños terrenales.


Tristan Tzara


Francis Picabia, 1907


Poema XIV


Maquillar la vida en el binóculo -frazada de caricias- panoplia para mariposas,
he ahí la vida de las camareras de la vida.

Acostarse en una navaja de afeitar y sobre pulgas en celo - viajar en barómetro - mear como un cartucho - cometer errores, ser idiotas, ducharse con minutos santos - ser golpeados, ser siempre el último - gritar lo contrario de lo que dice el otro - ser la sala de redacción y de baños de dios que cada día se da un baño en nosotros en compañía del pocero, -
he ahí la vida de las camareras de los dadaístas.

Ser inteligente - respetar a todo el mundo - morir en el campo de honor- suscribirse a la Deida Exterior - votar por Fulano - el respeto por la naturaleza y la pintura - aullar en las manifestaciones dadá, -
he ahí la vida de las camareras de los hombres.


Tristan Tzara



Francis Picabia 

Francis Picabia 


Tristan Tzara. Poeta y ensayista rumano, fundador del movimiento dadaísta.

"¡Mírenme bien! soy idiota, soy un farsante, soy un bromista. (...) ¡Soy como todos ustedes!"

Francis Picabia. Pintor francés de origen hispanocubano. 

"Si hay algo que tomo en serio es el no tomar nada en serio"





lunes, 24 de noviembre de 2014

EL CANTO DE LOS CRONOPIOS - CÓRTAZAR

"Cuando los cronopios cantan sus canciones preferidas, se entusiasman de tal manera que con frecuencia se dejan atropellar por camiones y ciclistas, se caen por la ventana, y pierden lo que llevaban en los bolsillos y hasta la cuenta de los días. 

Cuando un cronopio canta, las esperanzas y los famas acuden a escucharlo aunque no comprenden mucho su arrebato y en general se muestran algo escandalizados. En medio del corro el cronopio levanta sus bracitos como si sostuviera el sol, como si el cielo fuera una bandeja y el sol la cabeza del Bautista, de modo que la canción del cronopio es Salomé desnuda danzando para los famas y las esperanzas que están ahí boquiabiertos y preguntándose si el señor cura, si las conveniencias. Pero como en el fondo son buenos (los famas son buenos y las esperanzas bobas), acaban aplaudiendo al cronopio, que se recobra sobresaltado, mira en torno y se pone también a aplaudir, pobrecito".







Julio Córtazar, "Historias de cronopios y de famas" es uno de sus libros legendarios. Postulación de una mirada poética capaz de enfrentar las miserias de la rutina y del sentido común, Cortázar toma aquí partido por la imaginación creadora y el humor corrosivo de los surrealistas.