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martes, 30 de septiembre de 2014

ÁNGELA FIGUERA - BELLEZA CRUEL

"Clama sin gritos. Llora sin estruendo.
Cierra las fauces del dolor oscuro,
pues nadie sabe nada de las lágrimas.

Vete a hurtadillas con discreto paso.
Traspasa quedamente la frontera,
pues nadie sabe nada de la muerte"


Felix Vallotton


Dadme un espeso corazón de barro,
dadme unos ojos de diamante enjuto,
boca de amianto, congeladas venas,
duras espaldas que acaricie el aire.

Quiero dormir a gusto cada noche.
Quiero cantar a estilo de jilguero.
Quiero vivir y amar sin que me pese
ese saber y oír y darme cuenta;
este mirar a diario de hito en hito
todo el revés atroz de la medalla.

Quiero reír al sol sin que me asombre
que este existir de balde, sobreviva,
con tanta muerte suelta por las calles.

Quiero cruzar alegre entre la gente
sin que me cause miedo la mirada
de los que labran tierra golpe a golpe,
de los que roen tiempo palmo a palmo,
de los que llenan pozos gota a gota.


Porque es lo cierto que me da vergüenza,
que se me para el pulso y la sonrisa
cuando contemplo el rostro y el vestido
de tantos hombres con el mido al hombro,
de tantos hombres con el hambre a cuestas,
de tantas frentes con la piel quemada
por la escondida rabia de la sangre.


Porque es lo cierto que me asusta verme
las manos limpias persiguiendo a tontas
mis mariposas de papel o versos.
Porque es lo cierto que empecé cantando
para poner a salvo mis juguetes,
pero ahora estoy aquí mordiendo el polvo,
y me confieso y pido a los que pasan
que me perdonen pronto tantas cosas.


Que me perdonen esta miel tan dulce
sobre los labios, y el silencio noble
de mis almohadas, y mi Dios tan fácil
y este llorar con arte y preceptiva
penas de quita y pon prefabricadas.


Que me perdonen todos este lujo,
este tremendo lujo de ir hallando
tanta belleza en tierra, mar y cielo,
tanta belleza devorada a solas,
tanta belleza cruel, tanta belleza.




Ángela Figuera nació en Bilbao en 1902, y vive aún después de haber defendido valientemente su posición de libre-pensadora en una España fascista, en donde sufrió toda clase de agresiones personales, como la del saqueo de su biblioteca privada, y el allanamiento de su casa en diversas ocasiones. Por algo el poeta León Felipe, que en uno de sus versos condenó a España a quedarse muda, se desdijo posteriormente declarando que España no se había quedado muda, puesto que, la voz más importante, la de Ángela Figuera Aymerich, se quedaba dentro para hacer frente a toda clase de situaciones adversas.

Ángela Figuera, nacida entre mar y montaña, tendrá siempre el conflicto entre la tierra, que representa estabilidad, y el agua que simboliza el misterio, lo huidizo, lo inefable, contra lo visual concreto, germinante y palpable de la tierra, pero siempre en ella, al fin mujer, al fin poeta, predomina esa multiplicidad del siglo veinte, que conduce a los poetas a otra meta distinta de la que ellas inicialmente se trazaron. (http://www.materialdelectura.unam.mx/)


viernes, 26 de septiembre de 2014

MEDIOCRES - JOSÉ URBANO

Pawla Kuczynskiego


Te regalo el honor
de las engañosas tribunas
adonde trepáis los mediocres
para soltar baratijas.
Oh mediocre, que te afanas
por subir a los tablaos
pisoteando a los mejores
y halagando a los vulgares,
¿tal alarde de vileza
inspirará luego tu verso?
Y ese pobre verso,
¿versará sobre la envidia?
¿o sobre celos e ignominia?
Pero la impostura se desvela:
tu rostro, tu figura, tu mirada
delatan lo que albergas, camarada.
Calla, mediocre, calla ya;
¿no escuchaste a Lole cantar?:
«El cardo siempre gritando
y la flor siempre callá».

Hijo del silencio y de la duda,
como don Miguel de Unamuno,
protejo mi voz humilde
del mordisco de las hienas.

José Urbano © 2014 




*.- Os dejo el blog del maravilloso José Urbano, mi amigo, una gran persona, a la que admiro profundamente, granadino de armas tomar. Entrad y saborear sus palabras.


http://joseurbanopriego.blogspot.com.es/2014/09/mediocres.html


jueves, 25 de septiembre de 2014

FLORBELA ESPANCA - POETISA DEL AMOR, ALMA SOÑADORA


Una de las escritoras más fascinantes de Portugal es Florbela Espanca, (1894/1930). Es una poetisa portuguesa de principios del siglo XX. Conocida en el país vecino como "la poetisa de la saudade", la realidad es que sus versos tienen como tema principal el amor en todas sus variantes. 

Femenina, coqueta, inteligente y apasionada, Florbela Espanca fue una mujer adelantada a su época que tuvo que soportar la incomprensión del mundo que la rodeaba. 

De espíritu aventurero y soñador, la vida no le permitió poner alas a sus sueños y volcó sus ansias de libertad en el papel. Fue la primera mujer en Portugal que cursó estudios de Derecho y el poeta luso Fernando Pessoa la llamó "alma soñadora, hermana gemela de la mía". 




Gracias al escritor José Carlos Fernández, ahora podemos disfrutar de la obra poética de la escritora traducida al español. 









Paseo en el campo


¡Amor mío! ¡Mi amante! ¡Mi amigo!
Coge la hora que pasa, la hora divina,
¡Bébela dentro de mí, bébela conmigo!
¡Me siento alegre y fuerte! ¡Soy una niña!

Yo tengo, Amor, la cintura esbelta y fina
Piel dorada de alabastro antiguo
Frágiles manos de madona florentina
¡Vamos a correr y reír por entre los trigos!

Hay encajes de gramíneas por los montes
Amapolas rojas en los trigales maduros
Agua azulada cintilando en las fuentes

Y a la vuelta, Amor… convirtamos, en las alfombras
De los caminos salvajes y oscuros,
¡En un astro sólo nuestras dos sombras!








No es tan conocida como Pessoa o Torga, pero a nadie le ha pasado inadvertida su figura, tan atormentada, tan infeliz y tan lúcida, ni mucho menos su obra poética que alcanza su cumbre en el soneto y, en cierto modo, en su copioso epistolario. Como le sucedió a Rilke. Por su existencia, tan llena de sombras y de espantos, Florbela Espanca pertenece a ese grupo de mujeres herido por el dolor, la soledad y la desesperación. 


Pensemos en Delmira Agustina, en Alfonsina Storni, en Rosalía de Castro, en Anne Sexton, en Silvia Plath o Alejandra Pizarnik, cuyas existencias fueron un combate constante contra las circunstancias adversas que les rodearon y contra sus propios fantasmas. Contra las negras sombras.




Florbela estudió pintura, música, fue una gran lectora y con sólo ocho años compuso su primer soneto, que iba a ser su modalidad preferida. Tuvo una vida presidida por la insatisfacción y el amor: se casó tres veces y, salvo en los momentos iniciales del fervor, siempre se sintió desgraciada. 


Padeció numerosas enfermedades, varios abortos que acentuaron su sentido melancólico y, en medio de las vanguardias, eligió un camino personal, solitario: la lírica amorosa, en cierto modo intemporal, intensa, ardiente, de una sensualidad tangible, que acabó desplazándose del paisaje y de la cosmovisión hacia el placer, la carne y la entrega. 


Intentó suicidarse por dos veces en octubre y noviembre de 1930, en vísperas de la publicación de su obra maestra, Charneca em Flor. Tras el diagnóstico de un edema pulmonar se suicida el día de su cumpleaños.



Espera


No me digas adiós, ¡oh sombra amiga!,
Ablanda más el ritmo de tus pasos;
Siente el perfume de la pasión antigua,
¡De nuestros buenos y cándidos abrazos!


Soy la dueña de místicos cansancios,
La fantástica y extraña niña
Que un día quedó presa en tus brazos
¡No te vayas aún, oh sombra amiga!


Tu amigo hizo de mí un lago triste:
¡Cuántas ondas riendo que en él no oíste,
Cuánta canción de ondinas allí en el fondo!


Espera, espera ¡oh sombra amada!
Mira que más allá de mí ya no hay nada
¡Y nunca más me encuentras en este mundo!







*.- Parte de la biografía la tomé de este blog:


http://antoncastro.blogia.com/


miércoles, 24 de septiembre de 2014

LUIS CERNUDA - QUIERO, CON AFÁN SOÑOLIENTO ...

gozar de la muerte más leve
entre bosques y mares de escarcha,
hecho aire que pasa y no sabe.

Julio Romero de Torres

    Quiero la muerte entre mis manos,
    fruto tan ceniciento y rápido,
    igual al cuerno frágil
    de la luz cuando nace en el invierno.


    Quiero beber al fin su lejana amargura;
    Quiero escuchar su sueño con rumor de arpa
    mientras siento las venas que se enfrían,
    porque la frialdad tan sólo me consuela.


    Voy a morir de un deseo,
    Si un deseo sutil vale la muerte;
    A vivir sin mí mismo de un deseo,
    sin despertar, sin acordarme,
    allá en la luna perdido entre su frío.

Luis Cernuda


Más allá del pecado, Julio Romero de Torres


"Quizá mis lentos ojos no verán más el sur
de ligeros paisajes dormidos en el aire,
con cuerpos a la sombra de ramas como flores
o huyendo en un galope de caballos furiosos".



El sur es un desierto que llora mientras canta ...


martes, 23 de septiembre de 2014

UNA CARTA DE AMOR - JULIO CORTÁZAR

Agnes Noyes Goodsir (1864-1939)



Todo lo que de vos quisiera

es tan poco en el fondo

porque en el fondo es todo

como un perro que pasa, una colina,

esas cosas de nada, cotidianas,

espiga y cabellera y dos terrones,

el olor de tu cuerpo,

lo que decís de cualquier cosa,

conmigo o contra mía,

todo eso es tan poco

yo lo quiero de vos porque te quiero.


Que mires más allá de mí,

que me ames con violenta prescindencia

del mañana, que el grito

de tu entrega se estrelle

en la cara de un jefe de oficina,


y que el placer que juntos inventamos

sea otro signo de la libertad.


Julio Cortázar

MARCEL PROUST - EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO



En busca del tiempo perdido no es una novela editada en un solo volumen, sino que se compone de siete partes, publicadas en forma sucesiva a lo largo de 14 años, tres de ellas luego de la muerte de su autor. 


Los siete volúmenes que componen En busca del tiempo perdido son:


* Por el camino de Swann. 


* A la sombra de las muchachas en flor.


* El mundo de Guermantes.


* Sodoma y Gomorra.


* La prisionera.


* La fugitiva. 


* El tiempo recobrado.



Marcel Proust prácticamente se recluyó en su casa para escribirlas entre 1908 y 1922, el año de su fallecimiento. 





La primera parte, llamada Por el camino de Swann, tuvo que ser costeada por el propio Proust, ante el poco interés de las editoriales. Sin embargo, su éxito fue inmediato, y la segunda parte ( A la sombra de las muchachas en flor) fué publicada por Galimard y ganó el prestigioso premio Goncourt en 1919.



Desengaño y belleza. "En busca del tiempo perdido" es la manera artística en que Marcel Proust (1871-1922) nos recuerda que todo es finito, que el universo y la perpetuidad están en los detalles y de que solo nuestras ilusiones y sueños pueden aspirar a la eternidad.

Una lección magistral y cautivadora sobre el teatro que es la vida, sobre el simulacro que se necesita para que el mundo siga girando. A pesar, o gracias, a los corazones rotos.











Fragmentos sueltos:


"Que creamos que una persona es partícipe de una vida desconocida en que nos introduciría su amor, eso es lo que requiere el amor para nacer, y lo que más le importa y lo mueve a no tener muy en cuenta todo lo demás". (del volumen I)

"[...] no cabe duda de que pocas personas entienden el carácter puramente subjetivo de ese fenómeno que es el amor y que consiste en algo así como la creación de un apersona añadida, diferente de esa que lleva en sociedad el mismo nombre que nosotros y cuyos elementos proceden en su mayoría de nosotros mismos”. (del volumen II)

"[…] para dar a conocer la verdad no es necesario decirla, y quizá podamos captarla con mayor certidumbre, sin necesidad de esperar a las palabras y sin siquiera tenerlas mínimamente en cuenta, en mil señales externas e incluso en determinados fenómenos invisibles, que son, en el mundo de los caracteres, lo mismo que los cambios atmosféricos en la naturaleza física. Quizá podría haberlo sospechado, pues yo mismo, a la sazón, solía decir a menudo cosas totalmente ajenas a la verdad, mientras la daba a conocer mediante tantísimas confidencias involuntarias de mi cuerpo y de mis actos". 

"[…] hay momentos en los que necesitamos salir fuera de nosotros y aceptar la hospitalidad del alma de los demás, a condición de que esta alma, por humilde y fea que nos parezca, sea un alma ajena". (del volumen III)

"[…] mi destino era no perseguir sino fantasmas, seres cuya realidad tenía yo, en buena parte, en la imaginación; hay personas, efectivamente, -y tal había sido mi caso desde la juventud- para quienes todo cuanto posee un valor fijo que otros pueden comprobar; el dinero, el éxito, las posiciones elevadas no cuenta; lo que necesitan los fantasmas. Por ello sacrifican todo lo demás, arbitran todos los medios y lo ponen al servicio de poder encontrarse con tal o cual fantasma. Pero éste no tarda en desvanecerse, entonces, persiguen a otro, sin que ello impida que vuelvan después al primero”. (del volumen IV)

"[...] por lo demás, los celos son una de esas enfermedades intermitentes de causa caprichosa, imperativa, siempre idéntica en el mismo enfermo y, a veces, diferente por completo en otro. (…) No hay celoso cuyos celos no admitan ciertas derogaciones. Hay quien consiente en que lo engañen con tal de que se lo cuenten; y otro, con tal de que se lo oculten; en lo cual no es aquél menos absurdo que este, ya que si a este lo engañan más, puesto que le esconden la verdad, aquél exige en dicha verdad el alimento, el crecimiento y la renovación de los sufrimientos que padece”. (del volumen V)

"[...] solo mediante el arte podemos salir de nosotros mismos, saber qué ve otra persona de ese universo que no es igual que el nuestro y cuyos paisajes habrían sido para nosotros tan desconocidos como los que puedan existir en la luna. Gracias al arte, en vez de ver un único mundo, el nuestro, lo vemos multiplicarse, contamos con tantos mundos a nuestra disposición como artistas originales hay, y son más diferentes unos de otros que los mundos que ruedan por el infinito y que, muchos siglos después de que se haya apagado la lumbre de que brotaban, ora se llamase Rembrandt, ora Vermeer, nos envían su particular rayo de luz". (vol. VII)





La lectura de esta novela atrae al lector no tanto por la historia que cuenta, sino por cómo lo hace, ya que Proust es capaz de hacer entrar al lector en su obra, lo atrapa porque une el lenguaje al sentimiento, convirtiendo leer en un espejo que nos permite ver nuestros propios sentimientos que acaban formando parte de la novela. Cada detalle lo alarga en su descripción porque quiere hacer visible cómo lo envuelve el sentimiento.

Tal como describe lo que rememora al saborear una magdalena, "esos bollos cortos y abultados que llaman magdalenas", y oler el aroma del té y describir como "me llevé a los labios una cucharada de té en la que había echado un trozo de magdalena. Pero en el mismo instante en que aquel trago, con las migas del bollo, tocó mi paladar me estremecí…".