|
Jan Sluijters |
Yo, centro de mi mundo inmenso.
Tú, de tu inmenso mundo
centro.
¡Qué inmenso penetrarse
de tantas cosas dobles y distintas
hasta encontrarnos ambos, como uno,
en medio de los dos!
¡Ya ves! Nadie asistió al formidable entierro de tu última quimera.
¡Sólo la Ingratitud –esa pantera–
fue tu gran compañera inseparable!
¡Asume ya el desprecio que te espera!
El Hombre, que, en un mundo miserable,
vive entre fieras, siente una inevitable
necesidad de ser también él fiera.
¡Coge fuego y enciende tu cigarro!
Víspera del esputo es el beso,
la mano que acaricia te apedrea.
Si a alguien causa dolor tu herida abierta,
¡apedrea la mano que te acaricia,
escupe tú en la boca que te besa!
AUGUSTO DOS ANJOS, poeta brasileño, (Cruz do Espírito Santo, Paraíba, 20 de abril de 1884 – Leopoldina, Minas Gerais, 12 de novembro de 1914).
A 100 años de su libro Eu.
(traducción de Ángel Guinda)
Respuesta de Don Tomás de Iriarte a una dama que le preguntó
que era lo mejor que hallaba en su cuerpo
Con licencia, señora, de ese pelo
que en rubias ondas llega a la cintura,
y de esos ojos cuya travesura
ardor infunde al pecho más de hielo;
con licencia del talle, que es modelo
propuesto por Cupido a la hermosura,
y de esa grata voz cuya dulzura
de un alma enamorada es el consuelo,
juro que nada en tu persona he visto
como el culo que tienes, soberano,
grande, redondo, grueso, limpio, listo;
culo fresco, suavísimo, lozano;
culo, en fin, que nació, ¡fuego de Cristo!,
para el mismo Pontífice romano.
Tomás de Iriarte. (Tenerife, 1750 – 1791)
(Pintura de Enrique Pertegás, valenciano)