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sábado, 21 de enero de 2012

CHANTAL MAILLARD - poeta de una belleza interior resplandeciente


"...Te supe frágil y desnudo,
tan frágil eras, tan desnudo
que se quebró tu sombra al respirar...."


CHANTAL MAILLARD

Hija de padres belgas, nació en Bruselas en 1951, nacionalizándose española desde los 17 años.

Es doctora en Filosofía Pura y profesora titular de Estética y Teoría de las Artes en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Málaga, en la que imparte enseñanza desde 1990.

Vivió un año en Benarés, India, en cuya universidad se especializó en Filosofía y Religión India. 

Obras: Matar a Platón, 2004 - Hilos, 2007 - Conjuros, 2001 - La tierra pormetida, 2009 - .... entre otros.

"Yo creo que corazón ya no tengo"



Llevo acostada largo tiempo...

Llevo acostada largo tiempo
en la orilla. Mis pechos
son colinas cubiertas de hoja seca.
Levanto la cabeza y me contemplo:
en mis muslos el vello a punto de ser vello,
me incorporo: la hierba a punto de ser hierba,
doy un paso y despierto al agua
a punto de ser agua,
se asusta un ave negra a punto de ser ave a punto
de ser negra...
Un resplandor me ciega:
el bosque me contempla, a punto de ser bosque,
a punto de ser tuya.

De "Hainuwele" 1990


El cansancio

El cansancio. De nuevo, el
cansancio. El esfuerzo por
sobrevivir. Reiterado

Observar las nubes.
Dentro.
Barrer.
Dentro.

Elegir quedar.

Toda nube
lleva una trayectoria. Asumir
la trayectoria. Imposible
barrer todo siempre. Está el
cansancio.

Aunque también el de
las trayectorias. De ver pasar las nubes.
También ese cansancio.

Entonces,
por un momento, ahora.
Sin voluntad. Y casi está bien.
Hasta pensar el estar bien y convertirlo
en nube. En trayectoria.

De "Hilos" 2007



El pánico

El cansancio. La sed. El pánico.
Dentro. Fuera no se mueve. Dentro,
pánico. Humedad que traspasa la
casa-huesos. Entonces voy donde
hay muchos. Como si algo fuese
cierto. Como si algo cambiase y por
eso fuese cierto. Entre todos. Entre
muchos. Cierto porque se mueve.
Como si hubiese meta. Si no se
alcanza no importa. Mejor no
alcanzar. Como si. Para que sea
cierto -¿cierto?-




Intermedio

Entre una imagen tuya
y otra imagen de ti
el mundo queda detenido.
En suspenso. Y mi vida
es ese pájaro pegado al cable
de alta tensión,
después de la descarga.

De "Lógica borrosa" 2002


Y si te quiero abierto...
Y si te quiero abierto
como el centro imposible de un mundo transparente,
si te quiero imposible, más allá de mis brazos
o la aurora que extiende un sueño en las tinieblas,
más abierto que el viento, más leve y más amante,
será porque mañana nos quisiera infinitos,
unidos como nieve a punto de ser agua.

Y es por eso que dejo resonar la memoria,
todas esas palabras de hilo que se enredan
en tu boca o la mía.

De "Semillas para un cuerpo"   1988


La experiencia del dolor le viene a Chantal Maillard (Bruselas, 1951) de antiguo. Fue feliz, según declara, hasta los 7 años, pero a partir de ahí, los continuos cambios de internado en Bélgica y después la adaptación a España, donde se trasladó con su familia en pleno franquismo, la convirtieron en una niña desubicada y silenciosa. Nació sin embargo con el don de la escritura, en la palabra encontró cobijo y, a los 14 años, ya había escrito dos novelas y más de cien poemas. Y así hasta hoy. Poeta, filósofa y gran conocedora del pensamiento y estética orientales, es autora de una docena de títulos, entre los que destacan sus diarios, Diarios indios Filosofía en los días críticos, un milagro de simbiosis entre filosofía y poesía. En 2004 obtuvo el Premio Nacional de Poesía por Matar a Platón, un libro seco y despojado, escrito durante su grave enfermedad, en el que la muerte y el dolor, sin concesiones literarias, palpitan en cada una de sus páginas. Su poemario, Hilos, posterior a la imprevisible muerte de su hijo, revela a una de las voces poéticas más intensas, honestas y radicales del panorama actual.


El País, sábado, 16 de junio de 2007

Entrevista:Chantal Maillard | POETAS ESPAÑOLAS DE HOY


"Yo creo que corazón ya no tengo"


MARÍA LUISA BLANCO 16 JUN 2007 


viernes, 20 de enero de 2012

LA CARICIA PERDIDA, ¿QUIÉN LA RECOGERÁ?


CATI



Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos... En el viento, al rodar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida, ¿quién la recogerá?


Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará... rodará...

Si en el viento te llaman esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.


Si no ves esa mano, ni la boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de llamar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?

Alfonsina Storni





MUJERES ANDALUZAS - LA PRINCESA ZAIDA - (LA MORA ZAIDA)


LA PRINCESA ZAIDA

Dicen las crónicas que la princesa musulmana Zaida, hija del rey de Sevilla, no fue barragana en la corte del rey Alfonso VI sino mujer velada, es decir, casada por la iglesia. Su historia parece de leyenda o de cuento oriental, no sólo porque fuera extraordinariamente amada por el rey-emperador de Castilla y León (*), sino porque fue una mujer exquisita, culta, educada, inteligente y bellísima. Tuvo con el rey el único hijo varón de éste, Sancho III el Deseado, que heredaría el trono, quitándole la sucesión a sus hermanas mayores.

Zaida murió antes de que, en la desgraciada batalla de Uclés, desapareciera su jovencísimo y querido hijo.
Para que se admitiera la relación entre el rey cristiano y la princesa árabe, que estaban fuera de la norma porque ella lleva la condición de infiel, se utiliza la excusa del hijo varón, futuro heredero al trono, La crónica justifica este episodio, recalcando la esterilidad de casi todas las mujeres del rey y aunque habla de descendencia ilegítima, este momento de trasgresión se disimulará tras un velo religioso, dejando bien claro que sólo fue mujer del rey castellano tras su conversión.

Dicen que ella es mujer libre y no nacida de linaje vil o en vil hogar, además es de procedencia noble y única y, sobre todo, es quien ha asegurado la descendencia real por no tener varones las esposas legales. Todo esto podría admitirse, pero lo que no está bien visto es que los papeles se cambien y que la favorita sea, verdaderamente, objeto de la pasión amorosa del monarca, cuando a ella sólo se le permite cumplir con su función reproductora.

Ésta es la historia de la Zaida, hija del rey poeta de Sevilla al-Mu’tamid y de la exquisita poetisa del al-Andalus, Rumaykiyya. Nacida alrededor del año 1070. Su madre la educó, como una princesa amada, en la belleza y en la poesía, en el canto, en la danza y en la filosofía. Relacionada con la clase alta de la sociedad andalusí, con las m u j e res más cultas y educadas de la corte. Zaida se parecía a su madre por su ingenio y belleza y a su padre por su alegría. Conoció cómo sus pro g e n i t o res vivían un amor de leyenda que expresaban en repetidos y hermosos poemas.

A los doce años, Zayda sabe que estaba prometida con el rey castellano, aunque él está casado con una princesa cristiana procedente del sur de Francia, doña Inés de Aquitania: son políticas matrimoniales. En las familias dirigentes, los matrimonios se consideran un instrumento imprescindible para establecer alianzas porque así pueden superar grandes conflictos políticos y conseguir aspiraciones territoriales; en consecuencia, las mujeres son valiosas para los pactos de estado, se convierten en «bienes preciosos» de gran relieve e importancia dentro de las alianzas matrimoniales. La princesa Zayda entra de lleno en esta política cuando su padre, el rey de Sevilla, proclamado unos años antes señor de Córdoba, necesita firmar acuerdos con el poderoso rey Alfonso VI de Castilla y León. En esta fase de la reconquista es tal el poder del rey cristiano que nadie es capaz de reinar sin su consentimiento. Parece que la propuesta de prometer a la inteligente princesa fue echa por el rey árabe, porque el castellano dejó varias veces la boda para más adelante. Zayda fue enviada por su padre, al encuentro con el rey, como prometida en matrimonio acompañada por una cuantiosa dote en la que entraban grandes y poderosas plazas como Cuenca, Alarcos, Ocaña y otras.




Era tan grande la dote matrimonial, que este hecho ha quedado en la fábula. Lo que no se sabe es si la princesa iba a cumplir la promesa de matrimonio o a pedir ayuda para su padre al poderoso monarca cristiano, que establecía alianzas con algunos reyes moros, pagando estos grandes impuestos por su protección en contra de los almorávides. Tarde llegó la ayuda del cristiano, porque el rey musulmán quedó prácticamente exiliado en su alcázar de Sevilla, resistiendo cuanto pudo el asedio del ejército de los africanos.

En Toledo se encuentran la inteligente princesa y el rey castellano. Su mujer, la joven reina Inés había muerto, no era extraño este suceso porque en la Edad Media un número considerable de mujeres moría muy jóvenes a consecuencia de los partos, pero ya tenía una nueva esposa. Zayda convivió con ella en la corte y, entrando en amores con el rey, al poco tiempo tuvieron el hijo.

Cuando llega la hora del nombramiento de este hijo como heredero, han transcurrido veinte años desde aquella lejana promesa de matrimonio y entonces sí que se celebra la boda entre la princesa Zayda y el rey Alfonso puesto que hay que legalizar la sucesión del pequeño Sancho, aunque realmente la heredad le correspondiera a su hermana Urraca hija de un matrimonio anterior.

A partir de la boda, Zayda se convierte en la reina Helisabeth porque Isabel es el nombre que, años atrás, ha escogido en su bautizo cuando se ha convertido oficialmente al catolicismo. El rey exalta sus capacidades y la llama regina divina amantísimadilectísima.

Dura poco la felicidad del matrimonio porque Zayda muere muy joven, alrededor del año 1100, a consecuencia de un sobreparto, siguiendo la misma suerte que el resto de las mujeres de Alfonso VI. Zayda- Helisabeth será enterrada en Sahún y dos siglos más tarde sus restos se trasladarán a San Isidoro de León.


(*) Nota de editor nos indica que no se puede hablar de ... "Alfonso X como Rey deCastilla y León, no existe ni existió nunca el reino de Castilla y León . Exisitió el  Reino de León, el Reino de Castilla y la Corona de Castilla que en época de Alfonso X aglutinaba los reinos de Castilla, León, Galicia, Toledo, Navarra y señoríos recientemente conquistados como Al-Andalus: Córdoba, Murcia, Jaén, Sevilla,Granada, Gibraltar, Algeciras y Molina de Aragón. Los reinos conservaron suderecho." ..." Hablen de Corona de Castilla pero no de Reino de Castilla y León que eso no existe. Existe desde 1978 Una comunidad autónoma con ese nombre, pero hasta entonces esa unión como tal no existió."