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miércoles, 29 de junio de 2011

¿POR QUÉ ESTAMOS AQUÍ? ... STEPHEN HAWKING


'Por qué estamos aquí?'
Stephen Hawking


-Usted dijo que no hay razón de invocar a Dios para generar excitación o enojo. ¿Nuestra existencia se reduce a la suerte?
La ciencia predice que muchos tipos de universo se crearán espontáneamente de la nada. En cuál estamos es una cuestión de casualidad.


-Aquí estamos, pues. ¿Qué deberíamos hacer?
Deberíamos buscar el mayor valor de nuestra acción.


-Su salud le dio un susto y pasó un tiempo internado en 2009. ¿Qué teme de la muerte, si es que teme algo?
Llevo los últimos 49 años viviendo con la perspectiva de una muerte temprana. No le tengo miedo a la muerte, pero no tengo apuro en morir. Hay muchas cosas que quiero hacer antes. Considero al cerebro como una computadora que dejará de funcionar cuando sus componentes fallen. No hay un cielo u otra vida para las computadoras rotas; eso es un cuento de hadas para quienes le tienen miedo a la oscuridad.


-¿Qué cosas le parecen más bellas en la ciencia?
La ciencia es bella cuando da explicaciones simples de fenómenos o cuando establece conexiones entre observaciones. Algunos ejemplos son la doble hélice en biología y las ecuaciones fundamentales de la física.


(De la conferencia que acaba de dar en Londres el físico Stephen Hawking: 'Por qué estamos aquí')
Publicado en 'Ideas' (Revista ñ) - 28-VI-2011

Fuente:

NO TE SALVES......MARIO BENEDETTI

Philippe Marchand

No te quedes inmóvil al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora ni nunca.

No te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer lo párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo.

Pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el jubilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas....

entonces
no te quedes conmigo...





BENEDETTI

SOY UN GATO - NATSUE SÖSEKI




.
«Soy un gato, aunque todavía no tengo nombre.» Así comienza la primera y más hilarante novela de Natsume Sōseki, una auténtica obra maestra de la literatura japonesa, que narra las aventuras de un desdeñoso felino que cohabita, de modo accidental, con un grupo de grotescos personajes, miembros todos ellos de la bienpensante clase media tokiota: el dispéptico profesor Kushami y su familia, teóricos dueños de la casa donde vive el gato; el mejor amigo del profesor, el charlatán e irritante Meitei; o el joven estudioso Kangetsu, que día sí, día no, intenta arreglárselas para conquistar a la hija de los vecinos. Escrita justo antes de su aclamada novela Botchan, Soy un gato es una sátira descarnada de la burguesía Meiji. Dotada de un ingenio a prueba de bombas y de un humor sardónico, recorre las peripecias de un voluble filósofo gatuno que no se cansa de hacer los comentarios más incisivos sobre la disparatada tropa de seres humanos con la que le ha tocado convivir.

EL COQUETEO Y EL LENGUAJE DEL ABANICO


En muchos cuadros de la historia de la pintura universal existen ejemplos que recogen la estética del abanico como símbolo de distinción, lujo y arma de seducción femenina.


En el siglo XVIII se popularizó el abanico dejando de ser un complemento exclusivo de las clases altas.




FEDERICO BELTRÁN MASSÉS



El rico lenguaje del abanico, jugó un importante papel en la relaciones humanas y más concretamente en el flirteo entre las mujeres y los hombres, donde éstas expresaban sus deseos, por medio de este precioso complemento.

El abanico han utilizado mujeres y hombres desde tiempos remotos. Es muy posible que como instrumento fabricado para que de forma manual pudiese mover el aire ya fuera utilizado en la prehistoria (donde se utilizaría un trozo de cartón o cualquier otro material para abanicar el fuego). Después, ya aparecerá de forma sofisticada en el Antiguo Egipto, donde los esclavos movían grandes abanicos de plumas (flabelos) para proporcionar aire a su faraón.

Más tarde, en China se va a usar como elemento personal y decorativo que además de refrescar servía de complicidad amorosa. En el siglo VII d. C. se inventa en Japón el abanico plegable, al que se considerará un elemento ritual.

Años después pasó a Europa, proveniente de Portugal adonde llegaron los primeros abanicos orientales a finales del siglo XV, arraigando su uso al igual que en España, donde pasó a formar parte de su cultura e indumentaria.



GOYA - La mujer del abanico 1805 - 1807


La dama del abanico de sanchez coello



Casi a punto de concluir el siglo XVIII, en España se oficializó el gremio de abaniqueros y se fundó en Valencia la Real Fábrica de Abanicos.

Hasta bien entrado el siglo XVIII el abanico fue un símbolo de lujo y de distinción social.


Retrato de Jeanne Duval (Mujer con abanico)-Édouard Manet


Berthe Morisot
Condesa de Vilches. F. Madrazo.


El abanico, cuando llegó a Europa, pasó pronto a convertirse en un atributo femenino y un instrumento galante propio de un elevado rango social. Así, se empezó a añadir en los retratos pictóricos a los tradicionales pañuelos o misales con que se ocuparon las manos de las retratadas. Hay múltiples muestra de estas representaciones de damas con abanico en la pintura universal de todas las épocas.

En España los primeros abanicos ya aparecen en las manos de la reina Isabel de Borbón, primera esposa de Felipe IV, o en La dama del abanico,pintada también por Velásquez, en el siglo XVII. Posteriormente Goya también lo inmortalizaría en obras como El quitasol, realizada en 1777, en el que la joven representada porta en su mano derecha un abanico, mientras un galante majo le sostiene la sombrilla protegiéndola del sol. Los retratos de las damas del romanticismo se representan muy a menudo con abanico entre sus manos. En la pintura posterior el abanico se seguirá incluyendo en muchos cuadros con tema femenino. Pero también aparece en cuadros de Zuloaga, Sorolla, Sánchez Coello o Federico de Madrazo, entre otros.

Antes del siglo XX, pintores famosos que habitualmente participaron en la decoración de los abanicos se resistían a firmar sus obras y sólo lo hacían cuando eran regalos para damas de alcurnia, ofrecidos por el propio pintor. A partir del siglo XX, es normal que se firme cuando se ha pintado a mano.




Mujer joven con abanico, de Simon Maris

© Carme Navarra Pruna

MAX NONNENBRUCH

ALEXEI VON JAWLENSKY, Mujer con abanico verde


PICASSO - Mujer con abanico 1908

Paul Gauguin (1848 - 1903) The Girl with a Fan

Mujer con abanico, Guillermo Martí Ceballos

Amadeo Modigliani - Mujer con abanico

Francisco Iturrino González - Mujer con abanico

Gustav Klimt - Mujer con abanico

Joven mujer con abanico rojo, de Max Pechstein

Mary-Cassatt, Mujer sosteniendo un abanico


Frank Duveneck
H. Anglada Camarasa



El lenguaje del abanico:


1. Abanicarse rápidamente. Te amo con intensidad.
2. Abanicarse lentamente. Abanicarse de forma pausada, significa soy una señora casada y me eres indiferente. También si se abre y cierra muy despacio significa esto.
3. Cerrar despacio. Este cierre significa un “Sí”. Si se abre y cierra rápidamente significa, “Cuidado, estoy comprometida”.
4. Cerrar rápido. Cerrarlo de forma rápida y airada significa un “No”.
5. Caer el abanico. Dejar caer el abanico significa: te pertenezco.
6. Levantar los cabellos. Si levanta los cabellos o se mueve el flequillo con el abanico significa que piensa en ti, que no te olvida.
7. Contar varillas. Si cuenta las varillas del abanico o pasa los dedos por ellas quiere decir que quiere hablar con nosotros.
8. Cubrirse del sol. Significa que eres feo, que no la gustas.
9. Apoyarlo sobre la mejilla. Si es sobre la mejilla derecha significa “Si”. Sobre la mejilla izquierda es “No”.
10. Prestar el abanico. Si presta el abanico a su acompañante, malos presagios. Si se lo da a su madre, quiere decir “Te despido, se acabó”.
11. Dar un golpe. Un golpe con el abanico sobre un objeto, significa impaciencia.
12. Sujetar con las dos manos. Si sujeta el abanico abierto con las dos manos, significa “es mejor que me olvides”.
13. Cubrirse los ojos. Con el abanico abierto, significa “Te quiero”. Si se cubre el rostro puede significar “Cuidado, nos vigilan.
14. Pasarlo por los ojos. Si se pasa el abanico por los ojos significa, Lo siento. Si cierra el abanico tocándose los ojos quiere decir, “Cuando te puedo ver”.
15. Abrir el abanico y mostrarlo. Significa, “Puedes esperarme”.
16. Cubrirse la cara. Cubrirse la cara con el abanico abierto, significa: Sígueme cuando me vaya.
17. A medio abrir. Apoyar el abanico a medio abrir sobre los labios quiere decir “Puede besarme”.
18. Apoyar los labios. Si apoya los labios sobre el abanico o sus padrones, significa desconfianza, “No me fío”.
19. Pasarlo por la mejilla. Significa, “Soy casada”.
20. Deslizarlo sobre los ojos.


H. Anglada Camarasa


James Tissot


Mujer con abanico, Picasso


Zuloaga
Klimt
Soledad Rodriguez
Baselitz

W.T.Benda


Renoir



Parte del texto:


http://art-y-cultura.blogspot.com.es/