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jueves, 13 de octubre de 2011

GIORGIO DE CHIRICO, el metafísico que influyó en los surrealistas

"No hay que olvidar que un cuadro debe ser siempre el reflejo de una sensación profunda y que profundo significa raro y que raro significa no conocido o completamente desconocido" GIORGIO DE CHIRICO


Giorgio de Chirico



Giorgio de Chirico, es un pintor que nace en Grecia el 10 de julio de 1.888, hijo de Italianos e influenciado indudablemente, por la cultura de sus padres. Su mérito no sólo se limita al mundo de las artes plásticas, sino que – para mi asombro – este caballero es nada más y nada menos, que el fundador del movimiento artístico Scuola metafísica. 



BAÑISTAS EN LA PLAYA, 1934

HECTOR Y ANDRÓMACA 1917
LA INCERTIDUMBRE DEL POETA, 1913




PLAZA DE ITALIA


Estudió arte en Atenas y Florencia, antes de mudarse a Alemania en 1.906, donde ingresó en la escuela de bellas artes de Munich.



Allí entró en contacto con las obras de los filósofos Nietzsche y Arthur Schopenhauer, además de estudiar las obras de Arnold Böcklin y Max Klinger.
Volvió a Italia en el verano de 1909 para pasar seis meses en Milán. A principios de 1910 se mudó a Florencia nuevamente, donde pintó "El enigma de una tarde de otoño", la primera de sus obras de la serie "Plaza metafísica", después de una experiencia personal en Piazza Santa Croce. En Florencia pintó también "El enigma del oráculo".


Al año siguiente, De Chirico pasó algunos días en Turín, de camino a París, y quedó impresionado por lo que llamó "el aspecto metafísico de Turín" que se apreciaba en la arquitectura de sus arcadas y plazas. De Chirico vivió en Paris hasta su alistamiento en el ejército en mayo de 1915, durante la Primera Guerra Mundial.


LAS MUSAS INQUIETANTES, 1916


LA COMEDIA Y LA TRAGEDIA





EL HIJO PRÓDIGO, 1922



LA CONQUISTA DEL FILÓSOFO, 1914




LA TORRE DE CHIRICO


LA ESTATUA SILENCIOSA, (ARIADNA)


Los cuadros que De Chirico realizó entre 1909 y 1914 son los que le han dado más reconocimiento. Este período se conoce como el período metafísico. Las obras destacan por las imágenes que evocan ambientes sombríos y abrumadores. A principios de este período, los modelos eran paisajes urbanos inspirados en las ciudades mediterráneas, aunque gradualmente, la atención del pintor se fue desplazando hacia estudios de cuartos atiborrados de objetos, a veces habitados por maniquíes.





LAS CALABAZAS, 1919
EL ENIGMA DE UN DÍA, 1914


ESTACIÓN MONTPARNASSE, 1914


LA ALEGRÍA DEL REGRESO, 1915


LA TORRE, 1913



Casi de inmediato, el escritor Guillaume Apollinaire alabó el trabajo de Chirico y lo ayudó a presentarlo al grupo que más tarde se dedicaría al surrealismo. Yves Tanguy escribió en 1922, que quedó tan impresionado al ver una obra de De Chirico en un aparador de una galería, que decidió en ese momento convertirse en artista, aún sin haber tocado un pincel en su vida. Otros artistas que han reconocido la influencia que han recibido de Giorgio de Chirico son Max Ernst, Salvador Dalí y René Magritte. Se considera a De Chirico una de las mayores influencias sobre el movimiento surrealista.


De Chirico abandonó posteriormente el estilo metafísico y realizó varias obras con un mayor realismo, las cuales tuvieron un éxito modesto. De Chirico también publicó una novela en 1925, llamada "Hebdómero, el Metafísico". 


Muchos críticos artísticos dicen que en la mayoría de sus obras, se aprecia esa disconformidad por la falta de la figura paterna y que la muerte de su padre, 
acaecida en 1905, queda reflejada claramente en el desasimiento y la angustia de sus espacios pictóricos con esa resistencia inconsciente a aceptar este hecho: 

"Yo lucho en vano contra el hombre de los ojos suspicaces y enormemente dulces que se liberaba dulcemente de todos mis abrazos, sonriendo, alzando apenas los brazos. Mi padre aparecía así en mis sueños", escribió más tarde en sus Memorias. 


Muere en Roma el 20 de Noviembre de 1978.




FUENTES:

http://www.artehistoria.jcyl.es

http://lahamacadelpensador.blogspot.com

http://caxigalinas.blogspot.com



miércoles, 12 de octubre de 2011

TAWARAYA SOTATSU


Tawaraya Sotatsu, -contemporáneo de Velázquez- fue un gran maestro de la pintura japonesa de biombos ; cultivó esa delicada tradición hasta su muerte en 1647; su originalidad consistía en mostrar una percepción nueva de las posiblilidades latentes en los temas antiguos.















Se le asocia con el comienzo del año 1600. Fue un artista japonés y cofundador de la escuela Rinpa de pintura Japonesa. Sus comienzos en la pintura están asociados con su fascinación por la cultura cortesana de Kioto. Pintó fondos de oro y plata para los escritos del calígrafo y diseñador Honami Koetsu. Era un artista destacado con los proyectos que incluyesen abanicos y biombos. Fue pionero en el contraste de color y lineas y fue quien popularizó la técnica tarashikomi (técnica que se realiza a partir de la creación de un color sobre otro vertiendo el primero mientras la pintura esté fresca). Destacó en la pintura monocromal puesto que, utilizaba la tinta como si se tratase de un color más y en muchos aspectos, podríamos decir que Tawaraya Sotatsu fue un artista futurista y atrevido, probablemente por ello, es que su nombre quedó en el legado de artistas que la cultura Nipona ha dejado para el mundo.





















http://lahamacadelpensador.blogspot.com

SENTIMIENTO DIVINO


EL BESO DE RODIN


Gozaré de tu cuerpo, espacio sagrado;
mujer  templo de la divinidad,
donde tu llama sagrada de diosa Afrodita
se entrega a  la intensidad de los placeres
de una  unión divina de amor.

Tu amor es alma que abraza y embriaga,
que desea y se pierde  en el gozo del amado,
miel insinuante de entrega
donde confluyen  los afluentes divinos
en  la irrupción de lo sagrado.

Al cruzar la orilla de la razón hacia el delirio,
asciendo al cielo de tu cuerpo y alma
para retornar a la tierra,
extasiado de poseerte
de encontrarte y perderte.

Víctor Manuel Guzmán Villena

Magnífico blog de Victor Manuel Guzmán....una delicia

http://medianochedesnuda.blogspot.com

lunes, 10 de octubre de 2011

CARTA DIRIGIDA A SU ESPOSO LEONARD POR VIRGINIA WOOLF ANTES DE SUICIDARSE





"Ya no queda en mí nada que no sea la certidumbre de tu bondad".




Querido:

Siento con absoluta seguridad que voy a enloquecer de nuevo. Creo que no podemos pasar otra vez por una de esas épocas terribles. Yo sé que esta vez no podré recuperarme. Estoy comenzando a oír voces, y me es imposible concentrarme. Así que hago lo mejor que puedo hacer. Tú me has dado la máxima felicidad posible. Has sido en todos los sentidos todo lo que uno puede ser. No creo que haya habido dos personas más felices que nosotros, hasta que ha venido esta terrible enfermedad. No puedo luchar más. Sé que estoy arruinando tu vida, que sin mí tú podrás trabajar. Sé que lo harás, lo sé. Ya ves que no puedo ni siquiera escribir esto adecuadamente. No puedo leer. Lo que quiero decir es que te debo a ti toda la felicidad que he tenido en mi vida. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirlo — todo el mundo lo sabe. Si alguien hubiera podido salvarme ese alguien hubieras sido tú. Ya no queda en mí nada que no sea la certidumbre de tu bondad. No puedo seguir arruinando tu vida durante más tiempo. No creo que dos personas puedan ser más felices de lo que lo hemos sido tú y yo. 


V.

                   
      En la primavera de 1941, la salud mental de Virginia Woolf entró en barrena. El 28 de marzo desapareció de su casa. Fue el último día en que se la vio con vida. El día 31, un día de mucho sol pero extremadamente frío, la escritora apareció ahogada en las aguas gélidas del río Ouse, muy cerca de su casa de Susex. Cuando la encontraron, su viejo bastón reposaba sobre la orilla. Había introducido dos enormes piedras en los bolsillos de su abrigo, para evitar que el cuerpo emergiera acaso demasiado pronto de las aguas. Había dejado dos cartas de puño y letra: una para su esposo Leonard Woolf, y otra para su hermana Vanessa Bell, en las que explicaba que su decisión fatal obedecía a su negativa a volver a vivir los tormentosos delirios de su antigua locura y a obligar a los demás a soportarlos. Parece ser que no era la primera vez que la gran novelista había intentado acabar con su vida. Algunos días antes, regresó a casa con los vestidos absolutamente empapados como consecuencia -según dijo ella- de haberse caído al mismo río. Se le olvidaron las piedras, sí, se le olvidaron.... (Literasturas.com). Como fuente general, sería interesante consultar Cunningham, Michael (2006), Las Horas. Trad. Margarita Valencia Vargas. Colombia: Grupo Editorial Norma. La versión que aquí presentamos es de mi autoría.
C. Morales
  

Publicado por: 


Para mí es un blog super interesante, me aporta mucho, desde aquí le agradezco a Carlos Morales por su sensibilidad.