Setenil es uno de esos pueblos cuyos orígenes resultan un enigma. En primer lugar, sus cuevas de techos negruzcos nos retrotraen a la prehistoria, cuando nuestros primitivos congéneres, posiblemente, las utilizaron como refugio natural.
De la etapa antigua conocemos que en sus cercanías se ubicaba la colonia romana Laccipo. No obstante, es de la época bajo medieval de cuando data el primitivo asentamiento urbano en el mismo lugar que el actual.
En la época musulmana, la conquista de la villa era fundamental para la Corona en su avance hacia Granada. Ya con Juan II de Castilla, en 1402, se intenta conquistar, sin éxito, y desde ese momento se producirán siete sitios, de ahí una de las teorías sobre el origen del nombre de Setenil (Septem-nihil, siete veces nada), siendo el último, el 21 de Septiembre de 1484, el que conduce a la victoria, considerada fundamental para la recuperación del territorio granadino. Como curiosidad, señalar que en el coro de la catedral de Toledo hay una escena sobre este asedio.
Además existe una leyenda que cuenta que en dicho asedio, Isabel la Católica tuvo un hijo, que murió a las pocas horas de nacer y al que iba a poner por nombre Sebastián; en el mismo lugar y bajo esta advocación se construyó la primera iglesia de Setenil, llamada de San Sebastián, que además, es el patrón de la villa.
El principal atractivo de este pueblo lo constituye el mismo municipio, debido a la belleza y originalidad de su entramado urbano, que, en elevada pendiente, baja desde el castillo adaptándose al curso del río Guadalporcún, lo que le confiere una singular disposición con diferentes niveles de altura.
En la parte baja los vecinos aprovecharon el tajo creado en la roca por el río para construir sus casas. Se trata de un excepcional ejemplo de un tipo de vivienda denominado “abrigo bajo rocas” que, a diferencia de otras construcciones semitroglodíticas desarrolladas en Andalucía, no excava la roca, al menos en un principio, sino que se limita a cerrar la pared rocosa y desarrolla la vivienda de forma longitudinal.
En la parte más elevada se encuentran los edificios de mayor interés histórico: la Iglesia Mayor, los restos de la Fortaleza árabe (el Torreón del Homenaje y las Murallas), y la Antigua Casa Consistorial, que alberga un impresionante artesonado de tracería mudéjar de par y nudillo. Sin olvidar los restos romanos de Acinipo, ya fuera del pueblo, a 5 Km de Setenil, en los que destaca el teatro y las impresionantes vistas que desde este lugar se disfrutan.
Pero quizá los dos atractivos más llamativos de Setenil sean perderse por sus rincones y tapear. El recorrido por sus bares se convierte al mismo tiempo en un perfecto paseo por el municipio, que, en ningún momento, dejará de ser emocionante por cuanto a cada paso se va descubriendo algo, si cabe, aún más sorprendente.
Por último, podrá llevarse a casa un poco de aceite de oliva virgen extra, de sabor afrutado, acidez mínima y excelente calidad, premio Olivo de Plata al mejor aceite virgen extra de la provincia gaditana, y verdadero motor de la economía setenileña, o alguno de los productos que usan esta materia prima,: dulces artesanos o productos de cosmética naturales (jabones, champús, geles, sales de baño, aceites corporales, etc). O también otras como chacinas elaboradas al modo tradicional o legumbres, muy reconocidas.
VÍDEO IMPRESIONANTE DEL PUEBLO:
http://www.revistaiberica.com/rutas_y_destinos/anda/cadiz/setenil/index.htm
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