TRADUCE A TU IDIOMA

lunes, 7 de mayo de 2012

GALA: MUJER VIOLENTA Y ESTERILIZADA - LA MUSA MALIGNA DE DALÍ


 "A través de ella yo estuve en comunión con el llanto de la vida" 


GALA Y DALÍ

Llamo a mi esposa: Gala, Galuchka, Gradiva (porque ha sido mi Gradiva); Oliva (por el óvalo de su rostro y el color de su piel); Oliveta, diminutivo catalán de oliva (aceituna); y sus delirantes derivados: Oliueta, Oriueta, Buribeta, Buriueteta, Suliueta, Solibubuleta, Oliburibuleta, Ciueta, Liueta. 





GALA DESNUDA DE ESPALDAS

También la llamo Lionette, porque ruge, cuando se enoja, como el león de la Metro-Goldwyn-Mayer; Ardilla, Tapir, Pequeño Negus (porque se parece a un animado animalito selvático); Abeja (porque descubre y me trae todas las esencias que se convierten en la miel de mi pensamiento en la atareada colmena de mi cerebro).








Dalí y Gala fueron indivisibles, dos personalidades que se completaban y en las que la realidad de uno sólo existía en referencia al otro.










Durante 53 años, el pintor surrealista Salvador Dalí fue inseparable de su musa, su pasión, su gloria –y algunos dicen que su infierno—, su esposa: Gala. La vida de ambos, desde que se vieron por vez primera, se fusionó en una atracción poderosamente erótica (aunque al parecer casi ausente de sexo), en el tormento mutuo, en la dependencia y en la tragedia.





De ella se dice que la historia contemporánea no registra ninguna mujer que respondiese tan bien al dicho "el poder detrás del trono". Era dueña de una personalidad avasalladora y un temperamento terrible. Exuberante, promiscua y a la vez exigente con los hombres que estaban a su lado. Ellos debían fascinarla, hacerla soñar, superarse a si mismos. Muchos surrealistas se enamoraron perdidamente de Gala antes de su matrimonio con Eluard y era tan fuerte su impresión respecto de su poder, que cuando se hablaba de la pintura, el libro o la escultura del algún colega, decían: ¡Oh sí, es bueno porque ha estado enamorado de Gala...!



Gala es omnipresente en su obra, su facciones se encarnan en la tela como madonas, heroínas, diosas y ninfas, pero sobre todo Gala es la personificación de Gravida, el mito de la mujer que avanza, que Dalí conoció a través del texto freudiano “El delirio y los sueños”, basado en la homónima novela de Wilhelm Jensen, donde un arqueólogo a través de una obra de arte encuentra a su amada, a quien ama antes de conocerla. 

La primera vez que este tema aparece en su pintura es en 1929, en “El hombre invisible”, que se convertirá en la pintura “fetiche paranoico” protectora de Gala y Dalí. 

"Gravida-Gala" aparece en el plan inferior derecho del cuadro, Dalí la representa como una mujer que tiene dos cabezas idénticas, cada una simbolizando la duplicidad que encarna la heroína en la novela de Jensen, realidad y sueño, mentira y verdad, memoria y presencia.



EL HOMBRE INVISIBLE, 1930


Fuente del texto:



FRANCISCO ITURRINO - FAUVISTA ESPAÑOL


Francisco Iturrino nació en Santander el 10 de septiembre de 1864, siendo hijo de de Miguel Iturrino -farero- y de Joaquina González. A los tres años su familia se trasladó a Castro-Urdiales y en 1872 se mudó de forma definitiva a Bilbao.
Allí, a los 15 años recibió clases de dibujo en una academia y por parte de su tío, Elviro González, pintor y poeta. Una vez que terminó el bachiller, en 1883, se instaló en Lieja (Bélgica) para estudiar ingeniería. Pero abandonó los estudios, sin que se enterara su padre, para comenzar su carrera artística.
En 1890 se trasladó a Bruselas y estudió pintura con Lorrand. Dos años más tarde decidió dedicarse de forma exclusiva a la pintura.
En 1894 conoció en Bélgica a Maria Josephine Delwit, con quien se casó y tuvo seis hijos.


LA PRIMAVERA

BAÑISTAS I
En 1899 se fue a París donde asistió a las clases dictadas en el taller de Gustave Moreau, uno de los grandes del movimiento simbolista. En 1901 tomó contacto con el marchante Ambroise Vollard, quien lo invitó a exponer en su galería junto a Pablo Picasso (cuya amistad duró toda su vida).
Gracias a Vollard, expuso desde 1901 hasta 1911 en la capital francesa. En esta ciudad, además, entabló amistad con Henri Matisse (a quien conoció en 1906 y quien más influyó en su obra), Van Dongen, Derain y Vlaminck.
En 1908 con Henri Matisse compartió un estudio en Sevilla; y luego, ambos realizaron un viaje a Tánger, que resultó decisivo para ambos.



BAÑISTAS II


BAÑISTAS III
BAÑISTAS IV


EN LA PISCINA

EN EL COLUMPIO

REUNIÓN DE AMIGAS

DESCANSO EN LA HIERBA

DESNUDO I

DESNUDO II

DESNUDO III

DESNUDOS, MUJERES JUGANDO AL CORRO

DESNUDOS EN EL JARDÍN
El 21 de junio de 1924 falleció en Cagnes-sur-Mer. Luego, el Museo de Arte Moderno deBilbaorealizó la primera exposiciónretrospectivade Iturrino tras su muerte.
En su obra se dejó influenciar por el impresionismo, y por los pintores Van Gogh, Cézanne o Gauguin. Y en ella se percibe señales del fauvismo francés, con el que mostró gran dominio del color y de la luz.
En su arte abundan los retratos, los desnudos femeninos, solitarios y en grupo, las escenas flamencas .

ANDALUZA

LAS DOS AMIGAS

MUCHACHAS CON FLORES

MUCHACHAS INICIANDO UNA CARRERA

MUJERES CON MANTÓN

Sus mejores obras las realizó a partir de 1904, bajo la influencia de sus amigos Henri Mattise y André Derain; y en esos cuadros representó escenas de burdel, flamenco, mujeres andaluzas con o sin mantones, jardines, galgos, bodegones y retratos. Vale destacar que también fue un buen dibujante y grabador al aguafuerte.
En España su obra se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Santander y en el de Bilbao, en el Museo Zuloaga de Zumaia, en el Centro Nacional de Arte Reina Sofía y en numerosas colecciones privadas, sobre todo de Bilbao y Madrid.

DANSEUSE ANDALOUSE

DOS MUJERES

EN EL PATIO

EL PASEO POR LA PLAZA DE CATALUÑA

FIESTA EN EL CAMPO


LAS DAMAS

MUJER CON MANTILLA BLANCA

MUJER CON MANTILLA

MUJERES EN GRIS
MUJERES


RETRATO DE MUJER I

RETRATO DE MUJER II

RETRATO DE MUJER III


LAS MANOLAS

CONCIERTO MORUNO

HARÉN

SCÉNE ORIENTALE (MAROC)

ODALISCA

LA PERLA NEGRA

BODEGÓN I

BODEGÓN II

TARTÁREAS

<< Acaso la pintura de nuestro amigo –decía una tarde en Niza el
ilustre pintor Matisse– sea algún día la base de una nueva escuela,
que llevará su nombre y que futuras generaciones, cultivándola con
amor, la saquen del abandono en que hoy vive para iluminarla con
los resplandores del mérito y adornarla con los laureles de la gloria.
Renoir ha llegado a la cumbre, y la obra de Iturrino tiene con la de
dicho pintor asombrosa semejanza >>