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lunes, 2 de enero de 2017

"EL ALMA ELIGE SU PROPIA COMPAÑÍA Y DESPUÉS CIERRA LA PUERTA" - ¡SILENCIO, NOS HABLA EMILY DICKINSON!

Hay una languidez de la vida
más inminente que la pena,
es sucesora de la pena
cuando el alma ha sufrido
Todo lo que puede.
una somnolencia difusa,
un ofuscamiento como neblina
envuelve tu conciencia,
una neblina que conduce a un despeñadero.



Sergei Vinogradov

Poema 128

Dame el ocaso en una copa,
enumérame los frascos de la mañana
y dime cuánto hay de rocío,
dime cuán lejos la mañana salta
dime a qué hora duerme el tejedor
que tejió el espacio azul.

Escríbeme cuántas notas habrá
en el nuevo éxtasis del tordo
entre asombradas ramas
cuántos caminos recorre la tortuga
cuántas copas la abeja comparte,
disoluta del rocío.

También, ¿quién puso la base del arco iris,
también, quién guía las esferas dóciles
por juncos de azul flexible?
¿Qué dedos atan las estalactitas
quién cuenta la plata de la noche
para saber si nadie está en deuda?

¿Quién edificó esta casita albana
y cerró herméticamente las ventanas
que mi espíritu no puede ver?
¿Quién me dejará salir un día de gala
con implementos de vuelo,
fugaz pomposidad?


(Versión de Silvina Ocampo) 



Podría estar más sola

Podría estar más sola sin mi soledad,
tan habituada estoy a mi destino,
tal vez la otra paz,
podría interrumpir la oscuridad
y llenar el pequeño cuarto,
demasiado exiguo en su medida
para contener el sacramento de él,

no estoy habituada a la esperanza,
podría entrometerse en su dulce ostentación,
violar el lugar ordenado para el sufrimiento,

sería más fácil fallecer con la tierra a la vista,
que conquistar mi azul península,
perecer de deleite.




Emily Dickinson (1830-1886). fue una poetisa estadounidense, cuya obra apasionada la ha colocado en el reducido grupo de poetas fundacionales de los Estados Unidos, hoy comparte gloria con Edgar Allan Poe, Ralp Waldo Emerson y Walt Whitman. Emily pasó gran parte de su vida recluida en su propia habitación, en la casa paterna en Amherst, y excepto por cinco de sus poemas, tres de ellos publicados sin su firma y otro sin su consentimiento, su inmensa obra permaneció inédita y oculta hasta después de su muerte.

Fue su hermana menor Lavinia, quien descubrió las obras de su hermana tras la muerte de esta, convirtiéndose en la primera investigadora y editora de su poesía. Ella fue la responsable de hacer comprender al mundo que La poetisa más memorable de los Estados Unidos, había vivido y muerto en el anonimato.

La vida privada de la escritora, ha permanecido siempre velada al público, pero solo hace falta echar una mirada a sus poemas para descubrir en ellos una conexión, entusiasmo y energía extraordinarios. La mayor parte de su obra se ocupa de su amor hacia un hombre, cuyo nombre jamás es mencionado, con quien no podía casarse.

En los últimos quince años de su vida, nadie en Amherts volvió a verla, excepto que algún paseante ocasional vislumbrara su figura vestida de blanco paseando por el jardín de los Dickinson en los atardeceres de verano. A veces se escondía en el vano de la escalera de la casa de su padre, entre las sombras, y sorprendía a los asistentes a una cena o una reunión. 

Pasó los últimos años de su vida sin salir de su habitación, postrada por el mal de Bright la misma nefritis que acabó con Mozart. A principios de 1886 escribió su última carta: "Me llaman".


Sentí un funeral en mi cerebro,
los deudos iban y venían
arrastrándose, arrastrándose, hasta que pareció
que el sentido se quebraba totalmente

y cuando todos estuvieron sentados,
una liturgia, como un tambor
comenzó a batir, a batir, hasta que pensé
que mi mente se volvía muda

y luego los oí levantar el cajón
y crujió a través de mi alma
con los mismos botines de plomo, de nuevo,
el espacio comenzó a repicar,

como si todos los cielos fueran campanas
y existir, sólo una oreja,
y yo, y el silencio, alguna extraña raza
naufragada, solitaria, aquí

y luego un vacío en la razón, se quebró,
caí, y caí
y di con un mundo, en cada zambullida,
y terminé sabiendo, entonces.



Las obras completas de la poeta Emily Dickinson: 20.000 versos, 1.789 poemas, un volumen de más de 1.000 páginas. Trad. Enrique Goicolea. Amargord Ediciones, 2013. Lo recomiendo