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martes, 2 de diciembre de 2014

LEÓN FELIPE Y FRANCISCO DE GOYA - DOS HOMBRES SOLIDARIOS, IMPRESCINDIBLES AHORA


"Siempre habrá nieve altanera que vista el monte de armiño y agua humilde que trabaje en la presa del molino". León Felipe


GOYA. Los desastres de la guerra, "será lo mismo" 


EL DOLOR


No he venido a cantar

No he venido a cantar, podéis llevaros la guitarra.

No he venido tampoco, ni estoy aquí arreglando mi expediente

para que me canonicen cuando muera.

He venido a mirarme la cara en las lágrimas que caminan hacia el mar,

por el río

y por la nube

y en las lágrimas que se esconden

en el pozo,

en la noche

y en la sangre


He venido a mirarme la cara en todas las lágrimas del mundo.

Y también a poner una gota de azogue, de llanto,

una gota siquiera de mi llanto

en la gran luna de este espejo sin límites, donde

me miren y se reconozcan los que vengan.


He venido a escuchar otra vez esta vieja sentencia en las tinieblas:

"Ganarás el pan con el sudor de tu frente

y la luz con el dolor de tus ojos".


Tus ojos son las fuentes del llanto y de la luz.


(león felipe)


****




GOYA. Los desastres de la guerra, "con razón o sin ella" 



EL LLANTO ES NUESTRO

Españoles:
el llanto es nuestro
y la tragedia también,
como el agua y el trueno de las nubes.
Se ha muerto un pueblo
pero no se ha muerto el hombre.
Porque aún existe el llanto,
el hombre está aquí en pie,
en pie con su congoja al hombro,
con su congoja antigua, original y eterna,
con su tesoro infinito
para comprar el misterio del mundo,
el silencio de los dioses
y el reino de la luz.
Toda la luz de la tierra
la verá un día el hombre
por la ventana de una lágrima...
Españoles,
españoles del éxodo y del llanto:
levantad la cabeza
y no me miréis con ceño
porque yo no soy el que canta la destrucción
sino la esperanza.


(león felipe)


****



GOYA. Los desastres de la guerra, "las mujeres dan valor", (una mujer propina una mortal estocada a un soldado napoleónico mientras la compañera se defiende como puede del enemigo que la ase de los pelos. Es una visión dramática, fundamentada en numerosos relatos históricos, de la participación de la mujer en la guerra, posición extremada en una actividad tradicionalmente reservada al hombre). 



CÓMO HA DE SER TU VOZ


Ten una voz, mujer,
que pueda
decir mis versos
y pueda
volverme sin enojo, cuando sueñe
desde el cielo a la tierra
Ten una voz, mujer,
que cuando me despierte no me hiera.
Ten una voz, mujer, que no haga daño
cuando me pregunte: ¿qué piensas?
Ten una voz, mujer,
que pueda
cuando yo esté contando
las estrellas
decirme de tal modo
¿qué cuentas?
que al volver hacia ti los ojos
crea
que pasé contando
de una estrella
a
otra estrella.
Ten una voz, mujer, que sea
cordial como mi verso
y clara como una estrella.


(león felipe)


****



GOYA. Los desastres de la guerra, "amarga presencia" 



¡OH, ESTE DOLOR!


Oh, este dolor,
este dolor de no tener ya lágrimas;
este dolor
de no tener ya llanto
para regar el polvo.
¡Oh, este llanto de España,
que ya no es más que arruga y sequedad
mueca,
enjuta congoja de la tierra,
bajo un cielo sin lluvias,
hipo de cigüeñal
sobre un pozo vacío,
mecanismo, sin lágrimas, del llanto!
¡Oh, esta mueca española,
esta mueca dramática y grotesca!

Llanto seco del polvo
y por el polvo
por el polvo de todas las cosas acabadas de España
por el polvo de todos los muertos
y de todas las ruinas de España
por el polvo de una casta
perdida ya en la Historia para siempre!


(león felipe) 



GOYA. Los desastres de la guerra, "se aprovechan" 



GOYA. Los desastres de la guerra, "populacho" 


Los grabados seleccionados de la serie "Los desastres de la guerra", relacionados todos con la tortura y la pena de muerte, corresponden a la primera parte de la serie (grabados 1 a 47), de temática centrada en la guerra. La segunda parte (grabados 48 a 64), está centrada en el hambre, a consecuencia de los sitios de Zaragoza de 1808 o de la carestía en Madrid entre 1811 y 1812. La tercera parte (grabados 65 a 82), se refieren al periodo absolutista tras el regreso de Fernando VII; en esta última sección abunda la crítica sociopolítica y el uso de la alegoría mediante animales.

Francisco de Goya, Los desastres de la guerra suponen una visión de la guerra en la que la dignidad heroica ha desaparecido y este es una de las características de la visión contemporánea de los conflictos. Lo único que aparece en Goya es una serie de víctimas, hombres y mujeres sin atributos de representación, que sufren, padecen y mueren en una gradación de horrores. Se trata de una visión de denuncia de las consecuencias sufridas por el hombre en tanto que ser civil, despojado de simbología y parafernalia bélica. En este sentido se puede ver como una obra precursora de los reportajes de guerra de la prensa actual comprometida con las catástrofes humanitarias. 

León Felipe, su poesía es un alarido de protesta de principio a fin, su grito terrible contra y a favor del mundo, de la "España desmembrada, del hacha, del llanto y la discordia". Poesía, a veces ruda, que se levanta en clara rebeldía contra la injusticia, el abuso y la insolidaridad. 


*.- León Felipe y Francisco de Goya, (he querido traer a estos dos genios, hombres comprometidos y sensibles, que cada uno expresó su dolor de forma sublime, y debería decir que tanto las palabras de Felipe como los grabados de Goya son vigentes a día de hoy, seguimos matándonos los unos a los otros, sigue ese mismo odio dentro, sigue la indignidad del pueblo ante los grandes poderes (tanto político como religioso), sigue la impunidad, sigue el poderío, la prepotencia y la soberbia de los que mandan, sigue pasando hambre el pueblo, sigue sufriendo, en fin, que el mundo sigue igual. Digan lo que digan los gobiernos reinantes, los que mandaron y los que mandarán).


TUS OJOS - OCTAVIO PAZ

"No me digan ustedes en dónde están mis ojos, pregunten hacia dónde va mi corazón". (Jaime Sabines)


Ojos de Van Gogh


Tus ojos son la patria             
del relámpago y de la lágrima,
silencio que habla,
tempestades sin viento,             
mar sin olas, pájaros presos,
doradas fieras adormecidas,
topacios impíos como la verdad,

otoño en un claro del bosque
en donde la luz canta en el hombro

de un árbol y son pájaros todas las hojas,
playa que la mañana             
encuentra constelada de ojos,
cesta de frutos de fuego,
mentira que alimenta,             
espejos de este mundo,
puertas del más allá,
pulsación tranquila del mar a mediodía, 

absoluto que parpadea, páramo.



Ojos de Rembrandt

Ojos de Amedeo Modigliani

Ojos de Van Gogh

Ojos de Paul Cezanne

lunes, 1 de diciembre de 2014

ANTONIO TABUCCHI – SOSTIENE PEREIRA


"Pensó que cuando se está verdaderamente solo es el momento de medirse con el yo hegemónico que quiere imponerse en la cohorte de las almas. Y aunque pensó en todo ello no se sintió tranquilo, sintió en cambio una gran nostalgia, no sabría decir de qué, pero una gran nostalgia de una vida pasada y una vida futura". (fragmento)





Con esta novela, una de las cumbres de la literatura de esta década, Antonio Tabucchi logró la unanimidad de la crítica, los más prestigiosos galardones y la respuesta masiva de los lectores. Lisboa, 1938. La opresiva dictadura de Salazar, el furor de la guerra civil española llamando a la puerta, al fondo el fascismo italiano.


En esta Europa recorrida por el virulento fantasma de los totalitarismos, Pereira, un periodista dedicado durante toda su vida a la sección de sucesos, recibe el encargo de dirigir la página cultural de un mediocre periódico, el Lisboa. Pereira tiene un sentido un tanto fúnebre de la cultura: prefiere la literatura del pasado, dedicarse a la elegía de los escritores desaparecidos, preparar necrológicas anticipadas. Necesitado de un colaborador, contacta con un joven, Monteiro Rossi, quien a pesar de haber escrito su tesis acerca de la muerte está inequívocamente comprometido con la vida. Y la intensa relación que se establece entre el viejo periodista, Monteiro y su novia Marta, cristalizará en una crisis personal, una maduración interior y una dolorosa toma de conciencia que transformará profundamente la vida de Pereira. 

En esta novela, Tabucchi ha conseguido crear un inolvidable personaje que sin duda dejará una profunda huella en el lector, Pereira. Y con la historia de este periodista, Tabucchi nos ofrece también una espléndida historia sobre las razones de nuestro pasado que pueden ser perfectamente las razones de nuestro incierto presente.





Fragmentos del libro:


" (...) Se movió con lentitud por la casa, para no hacer ruido, se preparó un café y fue a hacer la compra a la tienda de la esquina. Compró cuatro latas de sardinas, una docena de huevos, tomates, un melón, pan y ocho croquetas de bacalao, de ésas ya preparadas que sólo hay que recalentar en la sartén. Después vio un pequeño jamón ahumado que colgaba de un gancho, recubierto de paprika, y Pereira lo compró.
 
- Veo que ha decidido llenar la despensa, señor Pereira -comentó el tendero-.
 
[...] Frente al portal se hallaba el mercado del barrio y la Guardia Nacional Republicana estaba estacionada allí con dos camionetas. Pereira sabía que el mercado estaba agitado porque el día anterior, en Alentejo, la policía había matado a un carretero que abastecía los mercados y que era socialista (fragmento).

***

"Sostiene Pereira que le conoció un día de verano. Una magnífica jornada veraniega, soleada y aireada, y Lisboa resplandecía. Parece que Pereira se hallaba en la redacción, sin saber qué hacer, el director estaba de vacaciones, él se encontraba en el aprieto de organizar la página cultural, porque el Lisboa contaba ya con una página cultural, y se la habían encomendado a él. Y él, Pereira, reflexionaba sobre la muerte. En aquel hermoso día de verano, con aquella brisa atlántica que acariciaba las copas de los árboles y un sol resplandeciente, y con una ciudad que refulgía, que literalmente refulgía bajo su ventana, y un azul, un azul nunca visto, sostiene Pereira, de una nitidez que casi hería los ojos, él se puso a pensar en la muerte." (fragmento)