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martes, 30 de abril de 2013

POESÍA DE JOSÉ LUIS SAMPEDRO EN LA VIEJA SIRENA ... SI NUNCA DESPERTASTE EN SOBRESALTO FEBRIL..


Moise Kisling

 Si nunca despertaste en sobresalto
febril, precipitándote hacia el lado
vacío de tu lecho, tanteándolo
con manos que se obstinan vanamente
contra implacable ausencia.

    Si no sentiste entonces la muerte
desgarrándote en vida y agrandando
el vacío entre tus venas inflamado,
el vano apartamiento de tus muslos,
el ansia de tu sexo.

    Si no rompió tu voz ese gemido
que acuchilla la turbia madrugada...
es que en tu corazón no ardía la hoguera
que llamamos amor.

    En ella me consumo y es mi grito
tu nombre: a ti me abro en carne viva.
Mi piel muere en espera de la tuya,
mi sexo late con ansiosa boca
de pez en la agonía.

    Y al no llegar tus labios con tu bálsamo
ni el fuego sosegante de tu lengua
mi mano se fatiga inútilmente
en estéril caricia...

    Porque tan sólo tú tienes las alas
para el vuelo que mata y da la vida.



José Luis Sampedro, fragmento de "La vieja sirena", uno de sus libros que más me emocionaron, y en donde descubrí a un J.L. Sampedro sensual, intenso, expresando la sexualidad con una fuerza y erotismo sublimes. Este maravilloso trovador de la valentía, de la justicia, del amor, en este libro se desparrama.

En La vieja sirena encontramos un relato repleto de magia y pasión, ambientado en la Alejandría del siglo III, donde se dan cita realidad y mitología. Surge así una novela que en el fondo gira en torno a dos de las grandes preocupaciones que siempre han guiado a la humanidad: el amor y el poder.


domingo, 28 de abril de 2013

¿QUIÉN VA ALLÍ? - WALT WHITMAN





Walt Whitman


(Versión de León Felipe)


20

¿Quién va allí?
Grosero, hambriento, místico, desnudo... ¡quién es aquél?
¿No es extraño que yo saque mis fuerzas de la carne del buey?
Pero ¿qué es el hombre en realidad?
¿Qué soy yo?
¿Qué eres tú?

Cuanto yo señale como mío,
Debes tú señalarlo como tuyo,
Porque si no pierdes el tiempo escuchando mis palabras.


Cuando el tiempo pasa vacío y la tierra no es mas que cieno y
podredumbre,
no me puedo parar a llorar.
Los gemidos y las plegarias adobadas con polvo para los inválidos;
y la conformidad para los parientes lejanos.
Yo no me someto.
Dentro y fuera de mi casa me pongo el sombrero como de da la gana.


Soy fuerte y sano.
Por mi fluyen sin cesar todas las cosas del universo.
Todo se ha escrito para mi.
y yo tengo que descifrar el significado oculto de las escrituras.


Soy inmortal.
Sé que la órbita que escribo no puede medirse con el compás de un
carpintero,
y que no desapareceré como el círculo de fuego que traza un niño en la
noche con un carbón encendido.


Soy sagrado.
Y no torturo mi espíritu ni para defenderme ni para que me comprendan.
Las leyes elementales no piden perdón.
(Y, después de todo, no soy mas orgulloso que los cimientos desde los
cuales se levanta mi casa.)

Así como soy existo. ¡Miradme!
Esto es bastante.


Si nadie me ve, no me importa,
y si todos me ven, no me importa tampoco.
Un mundo me ve,
el mas grande de todos los mundos: Yo.
Si llego a mi destino ahora mismo,
lo aceptaré con alegría,
y si no llego hasta que transcurran diez millones de siglos, esperaré...
esperaré alegremente también.
Mi pie está empotrado y enraizado sobre granito
y me río de lo que tu llamas disolución
por que conozco la amplitud del tiempo. 


WALT WHITMAN 

sábado, 27 de abril de 2013

ROBERTO BOLAÑOS - EN ALGÚN LUGAR INFINITO SE ESCONDE ..




Qué lugar es ése al que nos llevarán nuestras palabras, las
bellas durmientes, por caminos a menudo distintos, qué eriazo,
qué infierno, qué nos espera allí, en esa blancura en la
que nos reuniremos finalmente, qué aullidos, qué silencio,
qué permutaciones nos aguardarán cuando hayamos
atravesado todo lo que hay que atravesar, cuando nos
hayamos despojado de todo, qué olvidos, qué.
En algún lugar infinito se esconde, en un tiempo que nos es
ajeno, que ni siquiera nos molestamos en mensurar, allí, donde
tiene una casa nuestro terror de alquiler.
 Roberto Bolaños

jueves, 25 de abril de 2013

POR ESO NO GRITÁIS VIVA LA LIBERTAD - PASOLINI

Valeria Ratti

Si no se grita viva la libertad
humildemente
no se grita viva la libertad.


Si no se grita viva la libertad
riendo
no se grita viva la libertad.


Si no se grita viva la libertad
con amor
no se grita viva la libertad.


Vosotros, hijos de los hijos
gritáis con desprecio
con rabia, con odio
viva la libertad.


Por eso no gritáis
viva la libertad.


Pier Paolo Pasolini


SEGUNDA CARTA DE HENRY MILLER A ANAÏS NIN




Anaïs Nin y Henry Miller se conocieron en 1931, ella tenia 28 años y él 40. Se atraen y seducen mediante la inteligencia y el plano físico. Se hacen amantes.
En 1939 Miller y Nin abandonan París huyendo de la 2° Guerra Mundial. En Nueva York escriben juntos relatos eróticos. Henry decidió mudarse a California y pidió a Anaïs que se mudase con él pero ella nunca quiso separarse de su marido, Hugh Guiler, un banquero próspero y sobreprotector. Miller estaba casado con June Mansfield, que a su vez, también fue amante de Anaïs, dando lugar a uno de los triángulos eróticos y emocionales más polémicos del siglo XX.



Queridísima Anaïs:

Quiero decir que no puedo ser absolutamente leal, no está dentro de lo que soy capaz. Me gustan las mujeres, o la vida, demasiado… No sé cual de las dos cosas. Pero ríe, Anaïs. Me encantaría oírte reír. Eres la única mujer que tiene un sentido de la alegría, una sabia tolerancia; no, es más, parece que me instas a que te traicione. Por eso te amo. Y ¿qué es lo que te lleva a hacer eso, el amor? Es hermoso amar y ser libre al mismo tiempo.
No sé lo que espero de ti, pero es algo parecido a un milagro. Te voy a exigir todo, hasta lo imposible, porque me animas a ello. Eres realmente fuerte. Me gusta incluso tu engaño, tu traición. Me parece aristocrático (¿suena inapropiada la palabra aristocrático en mi boca?).

Sí, Anaïs, pensaba en como traicionarte, pero no puedo. Te deseo. Quiero desnudarte, vulgarizarte un poco… no sé, ay, lo que me digo. Estoy un poco bebido porque tú no te encuentras aquí. Me gustaría dar una palmada y Voilà, ¡Anaïs! Quiero que seas mía, usarte, follarte, enseñarte cosas. No, no siento aprecio por ti, ¡no lo permita Dios! Tal vez quiera hasta humillarte un poco, ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué no me arrodillo ante ti y te adoro? No puedo, te amo alegremente ¿Te gusta eso? Y querida Anaïs, soy tantas cosas. Ves solamente las cosas buenas ahora, o al menos eso es lo que me haces creer. Quiero tenerte al menos un día entero conmigo. Quiero ir a sitios contigo, poseerte. No sabes lo insaciable que soy, ni lo miserable, además de egoísta.

Me he portado bien contigo. Pero te advierto, no soy ningún ángel. Pienso principalmente que estoy un poco borracho. Me voy a la cama; resulta demasiado doloroso permanecer despierto. Soy insaciable. Te pediré que hagas lo imposible. No sé lo que es. Probablemente tú me lo dirás. Eres más rápida que yo. Me encanta tu coño, Anaïs, me vuelve loco. Y tu manera de pronunciar mi nombre. ¡Dios mío, parece irreal! Escucha, estoy muy ebrio. No soporto estar aquí solo. Te necesito. ¿Puedo pedírtelo todo? Puedo ¿Verdad? Ven enseguida y fóllame. Descarga conmigo. Rodéame con las piernas. Caliéntame…”




Henry


Anaïs Nin (Diario íntimo)


miércoles, 24 de abril de 2013

LAS VENTANAS DE EDUARDO GALEANO EN LAS PALABRAS ANDANTES


Ventana, de Chagall

En su libro Las palabras andantes Eduardo Galeano recoge historias que escuchó y otras que se le ocurrieron mientras soñaba despierto. Galeano llama ventanas a las historias más breves, que no por ello dejan de estar llenas de significado. Estas son algunas de las que más me han gustado:


Ventana sobre la palabra

En lengua guaraní, ñe ê significa palabra y también significa alma.
Creen los indios guaraníes que quienes mienten la palabra, o la dilapidan, son traidores del alma.

Ventana sobre las dictaduras invisibles

La madre abnegada ejerce la dictadura de la servidumbre.
El amigo solícito ejerce la dictadura del favor.
La libertad de mercado te permite aceptar los precios que te imponen.
La libertad de opinión te permite escuchar a los que opinan en tu nombre.
La libertad de elección te permite elegir la salsa con que serás comido.

Ventana sobre la nuca

Las cosas son dueñas de los dueños de las cosas y yo no encuentro mi cara en el espejo. Hablo lo que no digo. Estoy, pero no soy. Y subo a un tren que me lleva adonde no voy, en un país exiliado de mí.

Ventana sobre la cara

¿Una máquina boba?
¿Una carta que ignora su remitente y equivoca su destino?
¿Una bala perdida, que algún dios ha disparado por error?
Venimos de un huevo más chico que una cabeza de alfiler, y habitamos una piedra que gira en torno de una estrella enana y que contra esa estrella, a la larga, se estrellará.
Pero hemos sido hechos de luz, además de carbono y oxígeno y mierda y otras cosas, y al fin y al cabo estamos aquí desde que la belleza del universo necesitó que alguien la viera.



Ventana sobre la muerte

Helena Villagra no podía abrir los ojos. Los ojos le ardían. Se 
restregaba los párpados y se le salían las pestañas y también las 
cejas se le salían. Ella estaba en un cine. Cuando por fin conseguía 
mirar, veía una pantalla negra.

Ventana sobre la palabra (VI)

La A tiene las piernas abiertas.
La M es un subibaja que va y viene entre el cielo y el infierno.
La O, círculo cerrado, te asfixia. 
La R está notoriamente embarazada. 
Todas las letras de la palabra AMOR son peligrosas, comprueba Romy 
Díaz-Perera.
Cuando las palabras salen de la boca, ella las ve dibujadas en el aire.

Ventana sobre la historia universal

Hubo una vez que fue la primera vez, y entonces el bicho humano se 
alzó y sus cuatro patas se convirtieron en dos brazos y dos piernas, 
y gracias a las piernas los brazos fueron libres y pudieron hacer casa 
mejor que la copa del árbol o la cueva de paso. Y habiéndose erguido, la 
mujer y el hombre descubrieron que se puede hacer el amor cara a cara y 
boca a boca, y conocieron la alegría de mirarse a los ojos durante el abrazo 
de sus brazos y el nudo de sus piernas.




Eduardo Galeano, Las palabras andantes, 1993 (libro en formato PDF)