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domingo, 3 de febrero de 2013

PIERRE BONARD - EL PINTOR NABI VISTO DESDE SU LADO INTIMISTA

Pintor, litógrafo y fotógrafo francés, Pierre Bonnard, nació el 3 de octubre de 1867 en Fontenay-aux-Roses, Francia y murió en Le Cannet, Provenza, Francia el 23 de enero de 1947. Fue miembro del grupo simbolista de los nabis y evolucionó con posterioridad hacia un estilo personal ligado al impresionismo. 

Estudió leyes y en 1889 comenzó a trabajar como abogado, actividad que compaginó desde 1887 con clases de dibujo y pintura en la Académie Julian. 

Allí entró en contacto con los pintores Maurice Denis y Paul Sérusier, cuyo cuadro El talismán, de 1888 (París, Musée d’Orsay), realizado siguiendo el sintetismo de Paul Gauguin, se convirtió en una revelación para Bonnard.







Los Nabis

Nabi es una palabra hebrea, significa profeta.

Los Nabis están relacionados con el simbolismo literario y se oponen al positivismo y naturalismo de la que su última manifestación fue el impresionismo, su visión se distancia de lo natural y se orientan de formas distintas.

Les gustan los símbolos y a todo lo que está “más allá”. No podemos decir de un estilo nabi que aglutine a todos sus seguidores, son un grupo ecléctico que hacen suyas las tradiciones en su pintura.

Representaron lo más innovador en París hasta la llegada del fauvismo en 1905. 


¿Quiénes son?



Es un grupo amplio y heterogéneo (como lo normal en el arte del siglo XX). Artistas que militan en corrientes, movimientos, pero que luego tienen pocos elementos en común.


Pierre Bonnard 
Maurice Denis 
Paul Serusier 
Edouard Vuillard 
Paul Ranson 



Más dos escultores: Aristide Maillol y Georges Lacombe. 























Por ejemplo, en el caso de Bonard, este cuadro: 

El comedor frente al jardín, 1934. 

Incorpora la influencia de Cezanne con los elementos del bodegón reducidos a formas geométricas. Diferentes perspectivas para los objetos de la mesa. Variedad y puntos de vista tomada también de la pintura de Cezanne.

Pero hoy voy a centrarme en el Bonard intimista, el que pintaba a su mujer, [el amor de su vida], en escenas diarias. Él la adoraba y le gustaba observarla en el aseo, indolente, secándose, mirándose en el espejo o asomada a la ventana desnuda, soñadora. 

Fue un hombre modesto, sensible y reservado cuya vida (como su pintura) transcurrió plácidamente, sin aparentes sobresaltos.

Os dejo un poema precioso escrito por Raymond Carver, amigo de ambos, quedó subyugado con esta liviandad, con este amor sensual y eterno.








Su esposa.


Durante cuarenta años su modelo.


Él la pintó una y otra vez. El desnudo


de su último cuadro, es el mismo desnudo joven


del primer cuadro. Su esposa.
















Él la recordaba joven. Los tiempos


en que ella era joven. Su esposa, en la bañadera,


en el tocador frente al espejo. Sin ropas.






Su esposa cubriéndose con las manos


los pechos duros, mirando hacia el jardín,


donde los rayos de sol desparraman


tibieza y color.












Todas las especies vivientes floreciendo.


Ella joven y temerosa y excesivamente deseable


en su desnudez. Cuando ella murió,


él continuó pintando un poco más.














Fueron algunos paisajes, luego se murió.
Lo enterraron junto a ella
Su joven esposa.


Raymond Carver


miércoles, 30 de enero de 2013

LA MECHA Y EL POEMA

Lo que pretende una auténtica revolución es transformar la realidad que propicia un estado de cosas que se caracteriza por mantener a los hombres en una condición deshumanizante.
Paulo Freire

Cuando vienen mal dadas, el que sobrevive no es el más bestia; es el que busca mejor entre la basura..

Paco Roda
Rebelión


Cada día que pasa uno siente que no puede ser peor, que más allá de estos límites imprecisos entre el miedo y el desasosiego, solo queda la revuelta que no llega, porque la sedición interna está ya saciada de descontentos. Pero uno mira más allá de sus límites más inmediatos y se avergüenza del tedio reinante revestido de compasión y hasta de nueva piedad solidaria. La vida, las vidas empeoran sin pedir permiso, las biografías cortocircuitadas enferman y se desplazan plomizas cabizbajo por la calle. Los relatos entristecen y se someten a la más brutal resignación, se doblegan al inmerecimiento de unos guardianes del Estado en estado de corrupción permanente. 

Cada día la vida se retuerce más y más. Por sus aristas más finas, por sus demarcaciones menos consistentes. Las familias, la ciudadanía y las personas ya no son las mismas. No se reconocen en el pasado perfecto porque el futuro se ha volatizado mientras otros hacen el agosto en pleno invierno. Y éstos, con nombres y apellidos, famosos, reconocidos, con poder, caminan impunes ante tanta matanza. Nunca un Estado había estado tan secuestrado por la ignominia, el descrédito, la vergüenza, la corrupción, la mentira, la falsedad, la degradación y la infamia. Y todo ello santificado por un gobierno que vive y desea vivir lejos de sus votantes y no votantes. Un Estado secuestrado por la implacable ceguera de su propia incapacidad para corregir el rumbo hacia una bancarrota social inminente.




Y mientras, la gente que uno observa por la calle pareciera que, sabiendo esto, aceptando esta inevitabilidad alguna sin compasión, vuelve al refugio tangible de sus seguridades más inmediatas, a su casa, su hogar, su familia, sus pasiones, sus amores, sus ocios y sus socios inmediatos, los amigos, las compañeras de trabajo o hasta sus coadjutores. En ese territorio privado encuentra el sosiego ante tanto desosiego. Por eso Rajoy nos quiere en casa. No solo para contabilizarnos inactivos ante el frente social que tanto teme, sino para dominarnos desde la reclusión invicta del dominio privado. Porque aquí nos sometemos a la implacable venganza contra nosotros mismos. Aquí, entre las paredes atestadas de deslices, nos culpabilizamos ante nuestro propio destino. La calle se ha quedado vaciada de poder. Sí, hay 37.000 manifestaciones al año, una prueba técnica de la movilización, pero aún así parece que eso no garantiza la revuelta. Porque ésta necesita otros territorios aún por explorar. No me digan ni hablen de nuevos líderes, de nuevos discursos ni de nuevas estrategias. Todo está dicho. Parece que lo nuevo o por inventar no llega. O si llega, no encuentra eco ni recoveco donde depositar tamaña esperanza.

Nunca como en estos días las diatribas y sentencias verbales contra la política del PP y el actual estado de malestar social que nos invade, han sido tan duras, tan claras, tan incisivas. Si ustedes quieren pueden ver por activa y pasiva donde está el núcleo duro, la médula infecciosa de tanto cáncer social, el agujero apestoso de las cloacas que nos esperan, de los sepultureros que esperan su turno. Y también pueden saber los nombres de los escualos que esperan ahí, a nuestro lado, para afilar sus mandíbulas protactiles. Todo está a la vista. Y lo que no está tampoco afecta al estado de rotación de esta España a la deriva. Porque actúa si o si. Sin pudor, sin decencia. Y aún así, navegando a sotavento, resulta difícil llegar a puerto. Porque la navegación es de altura. Volver a casa no es un buen consejo, pero en la calle, a diario, pareciera que el título del libro de José Luis Pardo, Nunca fue tan hermosa la basura , adquiriera sentido y saciara nuestro desconcierto.




No es fácil, y quizás no sea ni siquiera justo, nombrar el desastre y escapar por la tangente del nihilismo crítico. Lo sé. Pero creo que lo que está por llegar se está fraguando en algún lugar intangible. Aún es pronto para sentirlo. Pero está en la rotación incesante de los agujeros negros de millones de desesperados. En esos espacios que cuesta identificar, en lugares todavía sin nombre pero reconocidos. En los efectos secundarios de tanto trabajo precario, de la pobreza soterrada y contenida, de la precariedad contada y cantada, de la exclusión estigmatizada, de la estabilidad incierta, del desempleo inmediato, del ERE amenazante, de la vida contingente, del miedo al presente. En esos lugares en construcción que la historia luego reconoce como procesos revolucionarios. Solo falta una mecha. Y ésta puede ser hasta un poema.

*.- Excelente y rabiosa reflexión, las imágenes de mis carpetas, la leí en:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=162976&titular=la-mecha-y-el-poema-


EL ADIÓS - ATAHUALPA YUPANQUI

Cuando derrame el verano toda su miel sobre el río, 
cuando el sol rejuvenezca con la risa de los niños, 
y el amor juegue sus juegos como el viento entre los pinos, 
y el campo encienda sus verdes, y el mar suelte sus navíos, 
cuando la última flor del cerezo haya caído, 
amiga yo estaré lejos, muy lejos por el camino. 




Aunque llores lo que llores sobre este corazón mío, 
aunque convierta mis manos en cuna de tus suspiros, 
aunque se queden tus ojos, tras de mi huella prendidos, 
y yo camine en lo llano como bajando al abismo, 
cuando la última flor del cerezo haya caído 
amiga yo estaré lejos, muy lejos por el camino. 



Sé que te recordaré más allá de lo infinito 
nuestro andar bajo la lluvia platicando como niños 
o adorando tu pureza, con sueños y cantos míos, 
pero por más que callemos, y aunque sintamos lo mismo, 
cuando la última flor del cerezo haya caído 
amiga yo estaré lejos, muy lejos por el camino


Atahualpa Yupanqui


martes, 29 de enero de 2013

HOMBRES NECIOS QUE ACUSÁIS (SIGLO XVII) - SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ

El necio no sabrá apreciar ni el sabor de una flor ni el olor de una fruta. 

ANNA DE NOAILLES, ZULOAGA

[Maravilla para leer despacito, saboreando cada palabra y si es posible releerlo, vale la pena, es una delicia y verdadera obra de arte. Sor Juana desnudó la doble moral, dijo en aquella época lo que nadie se atrevía. Si nos fijamos, por ejemplo, en la última estrofa, ella comprendió bien (bien fundo) que la arrogancia de los hombres es muy poderosa (lidia con muchas armas), pues en las súplicas y promesas (promesa e instancia) que les hacen a las mujeres se concentran el diablo, la carne y el mundo, que son los tres enemigos del alma según la doctrina católica].

Arguye de inconsecuentes el gusto y la censura de los hombres, que en las mujeres acusan lo que causan.

Hombres necios que acusáis
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis
para prentendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión, ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende?,
¿si la que es ingrata ofende,
y la que es fácil enfada?

Mas, entre el enfado y la pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es de más culpar,
aunque cualquiera mal haga;
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

¿Pues, para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.




Sor Juana Inés de la Cruz 









LAS ELEGÍAS DE DUINO

Hagamos lo que hagamos, siempre estamos en la actitud del que se va ...

Nicoletta Tomas

Oh árboles de vida, ¿cuándo el invierno?
Nosotros no vamos al unísono. No somos sensatos
como las aves migratorias. Retrasados y tardíos,
nos imponemos repentina, forzadamente a los vientos,
y nos derrumbamos sobre un estanque indiferente.
Sabemos al mismo tiempo florecer y marchitarnos.
Y por algún lado andan todavía los leones y no saben,
mientras siguen siendo majestuosos, de impotencia alguna.
Pero nosotros, cuando queremos una cosa, siempre,
ya estamos acariciando la otra. La hostilidad
es en nosotros lo primero. ¿Acaso los amantes
no están siempre poniéndose límites, uno a el otro,
ellos, que se prometían espacios, presa, hogar? [..]

Rainer María Rilke, 
La cuarta elegía (Fragmento)


LEO GESTEL - PINTOR HOLANDÉS EXPRESIONISTA







Leo Gestel (1881-1941), holandés. Pintor expresionista. Estudió en la Academia Estatal de Bellas Artes en Amsterdam. 













Leo Gestel experimentó con el cubismo, expresionismo, futurismo, postimpresionismo y modernismo. Y yo añadiría, costumbrista. Junto a Piet Mondrian fue uno de los artistas más importantes de Holanda.
A mi, personalmente, me recuerda mucho a Kees van Dongen, uno de mis preferidos. 

Pintor muy amigo de Toulouse-Lautrec, con el cual coincidía en que pintaban carteles por encargo. 













Influido por el fauvismo y el cubismo, desarrolló la mayor parte de su obra en un estilo expresionista. Sus pinturas son costumbristas, enseña a la mujer en sus vidas diarias, maquillándose, charlando, vistiéndose...siempre con gran colorido. Salvo las acuarelas y los carteles.


















Afectado por problemas de estómago, murió tras una larga enfermedad.















Autorretrato


[ Las imágenes las subí de Google y otras mías de mis archivos. Desgraciadamente no tengo noción de los nombres de cada una. Solo de algunas y he preferido omitir. No es un pintor muy asiduo de google, a mi pesar.]